"Buenos Aires, Argentina. Residencia de los Sacerdotes Operarios. Un cura, vestido con una vieja sotana, llama a la puerta. Desde el piso superior una monja le abre y se asoma para ver quién es el visitante. Su sorpresa es mayúscula al encontrar a un sacerdote que hace piruetas en el gran salón de la casa. Llama entonces a uno de los operarios, el padre Vicente Zueco, diciéndole: "Creo que ahí abajo hay un loco", a lo que este contesta: "No hermana, es el padre Martín".
"La anécdota sólo llamativa para quien no conociese al protagonista, es significativa. Signo de contradicción, personaje extraño para unos, santo para la mayoría de los habitantes de Tucumán: Martín Martín Martín-Tereso. Ya el propio nombre es singular. En cualquier caso, nadie que pasara desapercibido ni dejara indiferente. Una sonrisa de Dios en un mundo demasiado serio; un soplo de brisa fresca que alivió heridas del cuerpo y del espíritu, un recuerdo de que a Dios también le gusta jugar con los hijos de los hombres".
"Ha sido el clamor del pueblo de Dios el que ha llevado a iniciar el proceso de beatificación en un tiempo realmente asombroso, porque fallecido en 2011, la apertura del mismo ha tenido lugar en el 2022. Una muestra de que nos encontramos ante alguien realmente extraordinario. Un testigo del Evangelio que trató de hacerlo presente entre los más necesitados, capaz de recordar con su estilo de vida que Jesús se muestra en la sencillez, en la humildad y en una disponibilidad sin horarios"
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