Establecer el pronóstico de un niño críticamente enfermo de forma precoz constituye una necesidad asistencial de gran valor. Para ello disponemos de distintos métodos: herramientas clínicas como los índices pronósticos de mortalidad - Pediatric Risk of Mortality (PRISM) y Pediatric Index of Mortality (PIM)-, los criterios de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) y fallo de órganos y marcadores bioquímicos como la proteína C reactiva (PCR) y la procalcitonina (PCT). Recientemente han aparecido nuevos marcadores, entre ellos la pro-adrenomedulina (pro-ADM) y la pro-endotelina 1 (pro-ET1), que han mostrado resultados prometedores en trabajos realizados en adultos. En nuestro estudio analizamos el comportamiento de la pro-ADM y la pro-ET1 en niños críticamente enfermos y su utilidad para detectar a los pacientes más graves. Realizamos un estudio prospectivo observacional sin intervención en el que se incluyeron pacientes ingresados en dos unidades de cuidados intensivos pediátricos desde Noviembre de 2008 hasta Noviembre de 2009. Para clasificarlos de acuerdo a su gravedad utilizamos los índices pronósticos (PIM-2 y PRISM-III), el grado de SRIS y el fracaso de órganos. También analizamos el comportamiento de los marcadores en los subgrupos diagnósticos infeccioso y no infeccioso (según la clasificación del SRIS) y su capacidad para detectar infección. La pro-ADM fue el marcador con capacidad diagnóstica y sensibilidad más elevada para detectar gravedad y fallo de órganos, mientras la PCT mostró mayor capacidad para detectar a los pacientes sépticos. La pro-ADM y la pro-ET1 resultaron especialmente útiles para detectar gravedad en el ¿SRIS infeccioso¿ mientras en el ¿SRIS no infeccioso¿ la PCT presentó un comportamiento adecuado como marcador de gravedad.
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