El oso andino (Tremarctos ornatus) se distribuye en una gran variedad de hábitats y en un amplio rango altitudinal en los Andes de América del Sur, lo cual se encuentra relacionado a la disponibilidad de alimento. En el Perú consume una gran variedad de componentes, principalmente de especies botánicas (98.3%), siendo las más frecuentes las familias: Bromeliaceae, Arecaceae, Cyclanthaceae y Poaceae. Por otro lado, el efecto de las infecciones parasitarias sobre el oso andino podría afectar también la dinámica de sus poblaciones. En el análisis de las heces colectadas en dos áreas, se identificaron tres protozoos: Blastocystis sp., Cryptosporidium sp. y Giardia sp., y tres nemátodos: Strongyloides sp., una especie indeterminada de Ascarididae (Baylisascaris sp. o Toxocara sp.), y una especie indeterminada de Ancylostomatidae (Ancylostoma sp. o Uncinaria sp.). Otros factores que afectan a las poblaciones de oso andinos son las interacciones con los humanos. De 310 entrevistas realizadas en 50 comunidades de 12 regiones del Perú, el 60.8% señaló que lo cazan debido a que es considerado perjudicial por alimentarse de los cultivos (48.5%) y atacar al ganado (42.2%). Además, existe un comercio de partes e individuos de oso andinos con una mayor venta en el norte del Perú: Lambayeque (32.7%), Piura (17.3%), San Martín (13.5%), Cajamarca (11.5%) y Amazonas (5.8%). Este comercio es básicamente local, para usos curativos, mágicos, afrodisíacos y alimenticios, aunque también se registró la venta de vesícula biliar a personas de origen asiático en Amazonas y Cusco.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados