Aproximadamente entre el 6 y el 20% de los escolares presentan problemas de coordinación suficientemente serios como para interferir de manera negativa sobre diversos ámbitos de la vida de los jóvenes (Kadesjo y Gillberg, 1999; Wright y Sugden, 1996). El propósito del presente trabajo doctoral se centra en establecer la incidencia de los problemas evolutivos de coordinación motriz (PECM) en escolares de 11 a 14 años, así como evaluar su impacto sobre la dimensión psicosocial, fisiológica y de estilo de vida de los escolares. Participaron en el estudio un total de 405 jóvenes, 215 chicos (53%) y 190 chicas (47%), con una media de edad de 12,30 (DT=1,12). La competencia motríz se evaluó utilizando la Batería Motríz M-ABC (Movemente Asssessment Battery for Children) de Henderson y Sugden (1992) y el Test de Coordinación Corporal de Khiphard y Schilling (1974), que establecieron que el 23% de la muestra presentaba PECM. Para la evaluación de los factores psicosociales y de estilo de vida se administraron tres cuestionarios: una adaptación al castellano de los factores psicosociales y de estilo de vida se administraron tres cuestionarios: una adaptación al castellano del cuestionario de autoconcepto físico Physical Self Perception Profile (Fox y Corbin, 1989) realizada por Gutiérrez Moreno Sicilia (1999); el cuestionario de Adecuación, Predilección y Diversión hacia la Actividad Física de Hay (1992); y el Inventario de Conductas de Salud en Escolares (Wold, 1989). La condición física aeróbica (CFA) se estimó mediante el test progresivo de carrera de ida y vuelta de 20m (Leger et al., 1988), mientras el porcentaje de grasa corporal se halló mediante la medición de los pliegues subcutáneos del tríceps y medial de la pierna empleando la ecuación de Slaughter et al., (1988).
Los resultados del análisis de la varianza revelan que los escolares con PECM, en comparación con sus compañeros sin problemas coordinativos de igual sexo y edad, se perciben con peor autoconcepto y autoeficacia física, tienen un estilo de vida más sedentario, presentan una CFA inferior y un porcentaje de grasa corporal más elevado, así como mayor prevalencia de sobrepeso.obesidad. Hallazgos que concuerdan con la mayoría de los estudios (Bouffard et al., 1996; Cairney et al., 2005; Florius et al., 2003; Hay et al., 2004; Parker y Larjin, 2003; Skinner y Piek, 2001) y que posiciona a este colectivo como una población con mayores factores de riesgo para la salud.
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