El turismo es una actividad social que tiene un profundo arraigo en las sociedades avanzadas, lo que se refleja en que es uno de los sectores, posiblemente el único, que menos ha notado los efectos de la crisis económica global en la que nos encontramos, hasta el punto de que, más que descenso, ha sufrido una ralentización en sus resultados. Sus repercusiones económicas, sociales y culturales son innegables, de manera que el turismo es un instrumento esencial para minimizar las desigualdades económicas entre las regiones, contribuyendo de manera considerable a aumentar las cifras de empleo, mejorando con ello la calidad de vida de los ciudadanos y favoreciendo la solidaridad entre los territorios.
El turismo, por tanto, y como dice la Unión Europea, es un sector de actividad de naturaleza particular, de cuyo éxito depende hacer converger diversas políticas públicas necesarias para superar las dificultades que se plantean en una actividad que se fundamenta en la prestación privada de servicios pero que necesita recursos, bienes, servicios e infraestructuras públicas. En definitiva, es necesaria la coordinación de diversas políticas públicas, que no son turísticas en su naturaleza, pero que afectan y se ven afectadas por la práctica del turismo. El estudio de dichas políticas, su interconexión y el tratamiento de las mismas que se ha realizado desde la normativa comunitaria y española es el objetivo de esta tesis doctoral.
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