La política medioambiental de la Unión Europea ha impuesto una serie de restricciones que afectan de forma directa a la industria del transporte. Así por ejemplo en automoción, ha limitado la cantidad de emisiones de gases de combustión en vehículos ligeros de pasajeros (95 g CO2/km para el 2020). Además ha establecido un listado de compuestos químicos potencialmente dañinos para la salud y medioambiente que deben ser retirados antes de 2018. Entre ellos se encuentran el ácido crómico, componente básico de los electrolitos empleados en el anodizado de aleaciones de aluminio en la industria aeronáutica. Estas limitaciones presentan un gran desafío para la industria del transporte, ya que debe ser capaz de encontrar nuevos materiales y tratamientos superficiales alternativos a los procesos actuales con el fin de alcanzar los requerimientos exigidos en un plazo relativamente corto de tiempo. Dada la relación directa que existe entre el consumo y la masa del vehículo, no es de extrañar que una de las medidas tomadas por los principales fabricantes de automóviles sea la sustitución de materiales tradicionales, como el acero, por otros más ligeros. El aluminio y el magnesio son los más ligeros de los metales estructurales. Esto, unido a las excelentes propiedades que presentan sus aleaciones y a su buena reciclabilidad, los sitúa como candidatos excepcionales para su empleo en automoción y, en general, en la industria del transporte. Desde el punto de vista de la resistencia a la corrosión, las propiedades del aluminio puro son excelentes, sin embargo la incorporación de elementos aleantes necesarios para mejorar el comportamiento mecánico pueden reducir considerablemente su resistencia a la corrosión debido, entre otras razones, a la formación fases secundarias de diferente naturaleza electroquímica. El magnesio puro y sus aleaciones presentan una elevada susceptibilidad a la corrosión en medios agresivos debido a su propia naturaleza activa y su poca tendencia a la formación de películas pasivas de carácter protector. Por tanto, es habitual recurrir al empleo de tratamientos superficiales cuando se pretende garantizar una duradera vida en servicio de las aleaciones comerciales de aluminio y magnesio...
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