En este trabajo estudiamos diferentes dimensiones del fenómeno de la corrupción. Debido a la dificultad que conlleva estudiar la corrupción, hemos escogido abordar este tema utilizando principalmente la metodología experimental. En el capítulo dos proponemos un modelo teórico en el cual dos empresas compiten para obtener la licencia de un proyecto público y un subastador, que actúa como un funcionario público y representa el poder político, decide cuál es la empresa ganadora del concurso. Los jugadores tipo empresa se enfrentan a un dilema social ya que cuanto mayor es el soborno ofrecido, mayores serán los beneficios del funcionario y la probabilidad de que la empresa gane el concurso, pero esto es perjudicial para la otra empresa y para la sociedad entera. Cuando el espacio de estrategias de las ofertas de soborno y calidad es discreto, múltiples equilibrios emergen, incluyendo ofertas más pro-sociales que las predichas en un espacio estratégico continuo.
En el tercer capítulo, testamos este modelo en el laboratorio. Obtenemos como resultado que los sujetos parecen revelar valores intrínsecos ya que se desvían de la estrategia que maximiza sus beneficios. También comparamos dos protocolos de emparejamiento: un emparejamiento fijo durante todo el experimento versus un emparejamiento aleatorio en cada ronda. Nuestros resultados sugieren que un emparejamiento aleatorio disminuye la propensión a sobornar o a ser sobornado además de que, con el tiempo, aumenta el bienestar social. En el cuarto capítulo, ampliamos el estudio experimental de corrupción añadiendo nuevos tratamientos al tratamiento base visto en el tercer capítulo: primero, la empresa perdedora tiene la opción de inspeccionar, y segundo, añadimos un jugador pasivo y observador (lo llamamos ¿ciudadano¿), cuyos beneficios están determinados por la calidad del proyecto ganador. El mecanismo de inspección y castigo, consiste en que si un soborno es descubierto, ambos agentes corruptos pierden las ganancias del periodo. Por el contrario, si un soborno no es descubierto, la empresa denunciadora pierde las ganancias de dicho periodo. Esto convierte la inspección en una opción no provechosa para el perdedor y es raramente utilizada, especialmente hacia el final de la sesión cuando el comportamiento pro-social se vuelve predominante. Ejecutamos cuatro tratamientos en una única sesión, con 22 grupos independientes que jugaron una versión repetida del juego. Además, en una sesión previa elicitamos el grado de aversión al riesgo de los sujetos. Encontramos como resultados principales que la opción de inspección activa significativamente la motivación extrínseca de los sujetos, y el jugador pasivo activa significativamente la motivación intrínseca de los sujetos, ambas provocando un descenso de los sobornos. Además, los jugadores con una alta aversión al riesgo tienden a ofrecer mayores sobornos. Por último, el tratamiento con ciudadano parece aumentar más el bienestar social que el tratamiento con inspección, pero la combinación de ambos lleva al mayor nivel de bienestar social. En el capítulo cinco estudiamos el comportamiento y la reacción emocional de los participantes. Replicamos el tratamiento base y el tratamiento con inspección. La excitación emocional de los sujetos se obtiene a través de las respuestas de dermo-conductancia. En general, nuestros resultados sugieren que las emociones más fuertes están asociadas con las desviaciones de la pura maximización monetaria, en lugar de estar asociadas con un comportamiento (no) ético per se. Dicho de otro modo, las personas que toman decisiones retando su propio interés económico sufren una mayor excitación que aquellas que se preocupan únicamente por su beneficio económico personal. De hecho, utilizando tiempos de respuesta como medida de la reflexión de los sujetos durante el proceso de toma de decisiones, podemos asociar la respuesta emocional con un conflicto entre motivaciones primarias o instintivas y emociones secundarias o contemplativas y, más específicamente, con desviaciones del puro interés monetario de los sujetos. Observamos que aquellos que sufren mayor excitación presentan mayores tiempos de respuesta.
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