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Resumen de Estudio descriptivo de accidentes biológicos en trabajadores sanitarios de la Comunidad Valenciana

Antoni Alegre Martinez

  • La presencia de agentes biológicos en el medio laboral supone una exposición del trabajador a posibles infecciones, especialmente cuando no se cumplen las medidas de protección o se producen accidentes. El presente trabajo es un estudio retrospectivo descriptivo para determinar las características epidemiológicas de los accidentes de tipo biológico en el personal sanitario y no sanitario del Hospital Dr. Peset de Valencia desde enero de 2008 hasta diciembre de 2013. Para ello se realizó un listado de trabajadores accidentados en ese periodo y se buscaron sus historias clínicas en papel para recabar los datos, obteniéndose 478 accidentes de 381 trabajadores. Las características más importantes en relación con la accidentabilidad biológica en el medio hospitalario son por este orden: el género, el tipo de contrato, la edad, la categoría, el número de horas trabajadas y la antigüedad en el puesto de trabajo. Los accidentes son más frecuentes en mujeres (77%), enfermeras (46%), en la tercera década de la vida (25%), con una antigüedad menor a 5 años (94%), con contrato temporal (70%), de 11 a 14 horas de la mañana (43%), en las primeras tres horas de trabajo (48%), en los servicios de cirugía, traumatología o urgencias (42%); se trata de un pinchazo (73%) con aguja (71%) contaminada de sangre (73%) en manos o dedos (78%) del lado izquierdo del cuerpo (61%), por causa de la vía o extracción de sangre (53%), y normalmente es su primer accidente biológico (81%).A pesar de las campañas de prevención de accidentes biológicos, todavía un 11% de los trabajadores accidentados no llevaban guantes en el momento del accidente, siendo el 53% de ellos pertenecientes al colectivo de enfermería. Un 21% de los auxiliares de enfermería accidentados no llevaban guantes, un 13% del personal de enfermería y un 4% de los médicos. El 91% realizaron las tres actividades recomendadas tras un accidente: lavado, sangrado forzado y desinfección. Sin embargo, un 12% utilizó lejía, un producto que agrava las consecuencias del accidente. En el 89% de los accidentes la fuente era conocida, y en un 98% de los casos además era única. Un 15% de las fuentes eran positivas para VHC, un 7% positivas para VIH y un 2% positivas para VHB. Sólo el 49% de los trabajadores que tenían indicación de profilaxis antirretroviral para VIH aceptaron la profilaxis, y de ellos un 33% requirió una baja temporal debido a los efectos secundarios de la profilaxis, principalmente náuseas y vómitos. Respecto al VHB, un 71% de los accidentados con indicación de gammaglobulina la aceptaron. Destaca que un 33% de los trabajadores accidentados con una fuente positiva para VHB no estaban inmunizados contra el virus a pesar de ofertarse de manera gratuita a los trabajadores en los reconocimientos iniciales y periódicos. El 94% de los trabajadores cumplimentó correctamente el protocolo, un 3% de los accidentados acudió sólo a la primera visita, un 2% sólo a dos visitas, y un 1% no cumplió protocolo a pesar de haber acudido a más de dos visitas. Los accidentados farmacéuticos, auxiliares de farmacia, pinches de cocina y celadores han cumplido el protocolo en todos los casos. Lo completaron un 94% de los enfermeros y médicos accidentados, y un 73% de los auxiliares de enfermería accidentados. El coste total aproximado de 424 accidentes durante los seis años del estudio ha sido de 118.161€. El accidente más económico a nivel de costes es el accidente de fuente negativa, sin embargo su elevada frecuencia lo convierte en el acaparador de casi la mitad de los costes de todos los accidentes biológicos. El 72% de los costes globales corresponden al accidente de fuente negativa sumado al accidente de fuente positiva para VHC. A pesar de que las tasas de las determinaciones serológicas han fluctuado con los años, el coste medio anual por accidente apenas ha variado, oscilando entre los 215€ de 2010 a los 263€ de 2013. Estos datos serán útiles para planificar los esfuerzos preventivos en el futuro. The presence of biological agents in the workplace involves a potential worker exposure to infections, especially when no protective measures are enforced or accidents occur. This paper is a retrospective study to determine the epidemiological characteristics of biological accidents in health care workers and non-health workers in the Hospital Dr. Peset in Valencia, from January 2008 to December 2013. A list of the workers injured in that period was made, and their clinical histories were searched to collect the data, yielding 478 accidents from 381 workers. The most important features in relation to biological accidents in hospital environment are by order: gender, type of contract, age, professional category, number of hours worked and seniority in the workplace. Accidents are more common in women (77%), nurses (46%), in the third decade of life (25%), with less than 5 years of seniority (94%), with temporary contracts (70%), at 11 to 14 hours on the morning (43%) in the first three hours of work (48%), at the services of surgery, traumatology or emergency (42%); it is a puncture (73%) with needle (71%) contaminated with blood (73%) in the hands or fingers (78%) on the left side of the body (61%), due to channelling an intravenous line or blood extraction (53%), and it is usually the first biological accident of the worker (81%). Despite the prevention campaigns of biological accidents, 11% of the injured workers were not wearing gloves at the moment of the accident, being 53% of them belonging to the group of nursing. 21% of the nursing assistants injured were not wearing gloves, 13% of nurses and 4% of physicians. 91% of workers made the three recommended activities after an accident: washing, forced bleeding and disinfection. However, 12% of the workers used lye, a product that aggravates the consequences of the accident. In 89% of the accidents the source patient was known, and in 98% of cases was also unique. 15% of the sources were positive for HCV, 7% positive for HIV and 2% positive for HBV. Only 49% of workers who had an indication for antiretroviral prophylaxis for HIV accepted it, and 33% of them required a temporary drop due to side effects of prophylaxis, mainly nausea and vomiting. As far as the HBV is concerned, 71% of the injured workers who had an indication for gamma globulin accepted it. It is notorious that 33% of workers injured with a positive source for HBV were not immunized against the virus despite be offered free of charge to workers in the initial and periodic examinations. 94% of workers completed successfully the protocol, 3% of the injured attended only the first visit, 2% only to two visits, and 1% did not completed the protocol despite having attended more than two visits. Pharmacists, pharmacy assistants, kitchen workers and orderlies have met the protocol in all cases. The protocol was completed by 94% of nurses and physicians and 73% of nursing assistants injured. The total estimated cost of 424 accidents during the six years of the study was of 118,161 €. The most economical accident is the accident from a negative source, however, its high frequency makes it the hoarder of almost half of the costs of all biological accidents. 72% of the overall costs belong to the accidents from negative source plus the accidents from HCV positive source. Although the rates of the serological determinations have fluctuated over the years, the annual average cost per accident has varied slightly, ranging from 215€ in 2010 to 263 € in 2013. These data will be useful for planning the preventive efforts in the future.


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