Objetivo: Mejorar la calidad del proceso farmacoterapéutico mediante la determinación de indicadores de seguridad (errores de medicación) y de eficiencia (tiempos de demora). Material y Métodos: Estudio observacional y prospectivo de junio 2011 a junio 2014 realizado con pacientes que requieren al menos 4 medicamentos en su tratamiento. Los errores de medicación (EM) se identificaron mediante la revisión y la observación directa de cada fase del proceso farmacoterapéutico evaluada. Se obtuvo el valor de los indicadores de seguridad como el porcentaje de EM respecto a las oportunidades de error en cada fase y se comparó con el valor seleccionado como estándar de referencia. Se analizó la relación entre EM por fase y las variables de estudio recogidas. Los indicadores de eficiencia se definieron a través de los tiempos de demora de la prescripción médica y de la validación farmacéutica. Se evalúo el tipo de EM, la gravedad y el riesgo de los mismos. Además en las fases del proceso farmacoterapéutico analizadas se identificaron las causas de los EM y se propusieron diferentes acciones de mejora. Resultados: Se revisaron 516 tratamientos, 4.630 medicamentos, 6.483 dosis preparadas y 3.518 dosis administradas. Del total de 516 pacientes, en 236 pacientes se detectó algún EM, un 45,7%. Se detectaron un total de 379 EM (0,73 EM/paciente). Los indicadores de calidad por fase frente a su valor estándar de referencia fueron: 6,8% vs 2% para la omisión del registro de alergia, 2,1% vs 2% para la prescripción, 0,5% vs 0,5% para la validación, 2,5% vs 4% para la preparación y 3,7% vs 4% para la administración. La proporción de EM de prescripción fue mayor en las áreas quirúrgicas que en las médicas, sin embargo no se encontró relación con el número de médicos prescriptores ni con el número de medicamentos. No hubo relación entre la proporción de EM en la fase de validación y el número de medicamentos prescritos. Sí se relacionó la proporción de EM en la preparación con el número de medicamentos preparados. La proporción de EM en la fase de administración fue mayor en las áreas quirúrgicas que en las médicas, sin embargo no se relacionó con el número de medicamentos administrados. La distribución porcentual por fase de los 379 EM detectados fue: 34,3% administración, 25,9% prescripción, 24,3% preparación, 9,2% validación y 6,3% omisión del registro de alergia. Los EM más frecuentes fueron el método de administración (19%), medicamento omitido (13%), intercambio terapéutico (10%) medicamento erróneo (10%) y la omisión del registro de alergia en el programa de prescripción electrónica del paciente (9%). Las principales causas de EM se debieron a incumplimientos de normas y protocolos de trabajo, el descuido y la falta de destreza en la utilización del programa de prescripción electrónica. La gravedad de más de la mitad de los EM fue de categoría B: el error se produjo pero no llegó al paciente. Asimismo, la gravedad en el 45% de los casos fue de categoría C: el error se produjo, llegó al paciente pero no produjo daño. Un 17% de los EM se consideraron riesgo grave. Los fármacos implicados fueron los antibióticos, antiulcerosos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antihipertensivo y corticoides. El tiempo de demora de la prescripción médica mostró un valor medio de -41,9 minutos. El tiempo de demora de la validación farmacéutica mostró un valor medio de 50,5 minutos tras la prescripción médica. Entre las acciones de mejora propuestas el desarrollo de acciones de formación continuada dirigida a los profesionales, la actualización de la guía de intercambio terapéutico y de la guía farmacoterapéutica del hospital, el desarrollo de un módulo intercambio terapéutico para incluir en el sistema de prescripción electrónica y la incorporación de tecnología fueron las más importantes. Conclusiones: Los indicadores de seguridad establecidos evidencian una mejora de la calidad del proceso farmacoterapéutico durante el periodo de desarrollo del estudio. La actualización de la guía de intercambio terapéutico y de la guía farmacoterapéutica del hospital, la difusión de notas informativas y la formación de los profesionales en temas de seguridad en el uso del medicamento han sido las mejoras incorporadas durante el periodo de estudio. Por otra parte, para mejorar los indicadores de eficiencia se debe establecer un compromiso compartido entre los profesionales implicados y el equipo directivo del hospital.
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