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Resumen de La oratoria emocional: un análisis sincrético de las aportaciones que ofrece la síntesis de las contribuciones de la psicología de la emoción, las teorías de la comunicación y la lingüística al ámbito de la oratoria persuasiva

Evangelina García Montero

  • TESIS: EVA GARCÍA MONTERO TÍTULO: LA ORATORIA EMOCIONAL: UN ANÁLISIS SINCRÉTICO DE LAS APORTACIONES QUE OFRECE LA SÍNTESIS DE LAS CONTRIBUCIONES DE LOS ESTUDIOS DE LA EMOCIÓN, LAS TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA LINGÜÍSTICA AL ÁMBITO DE LA ORATORIA PERSUASIVA.

    RESUMEN CONTENIDO:

    Esta investigación pretende llamar la atención sobre la importancia de la comunicación vehiculada emocionalmente y procesada por lo que muchos han llamado cerebro inconsciente (Gladwell, 2006) y la autora prefiere llamar cerebro emocional. La comunicación racional o basada en la argumentación lógica parece no ser suficiente para persuadir y se verá cómo la comunicación que llega además de al cerebro al corazón y a las tripas (Sánchez y Velasco, 2008) resulta cuanto menos más efectiva.

    A resolver esta cuestión además de la Psicología de la emoción ha resultado imprescindible el recurso a los planteamientos psicosociales de las Teorías de la Comunicación de masas, al tiempo que la Lingüística ha brindado su apoyo a través de los planteamientos de inferencias que aporta la pragmática a la semántica y la sintaxis.

    El siguiente trabajo de investigación está estructurado en base a sus contenidos de la siguiente manera. En primer lugar se define, atendiendo a las diferentes corrientes existentes, y mediante la descripción rigurosa de los elementos básicos y característicos, qué es la inteligencia emocional. Se presta especial énfasis a los aspectos educativos de la misma. En la medida en que se considera las habilidades emocionales imprescindibles para que la oratoria sea eficaz se plantea de qué manera la educación emocional, aunque descuidada en la educación tradicional, sirve para desarrollar dichas competencias. Tradicionalmente en la familia y en el colegio no se nos enseña a manejar adecuadamente nuestras emociones. La educación de los sentimientos sigue siendo una tarea pendiente (Caballero, 2009). Simplemente se nos exige que seamos capaces de controlarlas. Pero lo cierto es que la inteligencia emocional precisa de un entrenamiento quizá no a la manera del desarrollo del cociente intelectual pero desde luego no puede dejarse a su libre albedrío. De este modo la aplicación de intervenciones desde la educación emocional al orador mejorará sus estrategias de comunicación y consecuentemente hará su discurso más efectivo.

    Estos contenidos se complementan con lo que algunos autores han llamado inteligencia social que, en opinión de la autora, lejos de ser una disciplina distinta de la inteligencia emocional supone una extensión de las habilidades emocionales propias de la misma al ámbito interpersonal. Dentro de este apartado se ha intentado establecer las bases biológicas de la oratoria persuasiva en la medida en que precisa de empatía y comprensión emocional para aumentar su eficacia. Así se hace una extensa referencia a las neuronas espejo, responsables de la sincronización temporal en la que se basan la empatía y el rapport.

    Tras analizar ambas parcelas era preciso diseccionar algo más el elemento base, la emoción. Partiendo de planteamientos filosóficos no siempre favorables a lo emocional, como el racionalismo, se inicia un recorrido emoción, sus componentes y aspectos biológicos aludiendo a diferentes orientaciones teóricas. El propósito es claro, otorgar a la emoción el lugar de preeminencia que se merece frente a la razón. En este punto la autora ha sido capaz de encontrar un punto de encuentro entre ambas, razón y emoción, en lo que tradicionalmente se ha llamado intuición.

    Una vez descrita la inteligencia emocional, el trabajo se encuentra con la realidad de que en los diferentes estudios que sobre ella se han desarrollado se ha adoptado una perspectiva que se centra en el sujeto que la posee o no, cuando, según lo observado en las lecturas, la inteligencia emocional depende más bien de una red de comunicación. De este modo, y ya desde las teorías de la comunicación en su vertiente psicosocial, el trabajo se centra en desvelar cómo, para un análisis global de la comunicación, es preciso considerar la comunicación como un proceso complejo en el que no existe con nitidez un sujeto emisor, sino que más bien debe hablarse de una red de influencia no determinable con precisión en sus direcciones y que incluye, desde luego, al emisor.

    A partir de ahí, el trabajo se dirige hacia la pragmática, es decir, hacia la vertiente de la lingüística en la que con más énfasis se ha tratado el papel del receptor / destinatario si hemos de respetar su terminología específica-, elemento soslayado y poco atendido en las teorías sobre la inteligencia emocional y que, sin embargo, desde el punto de vista de los estudios de comunicación es imprescindible.

    Antes de finalizar el apartado el trabajo recupera las aportaciones que la psicología de la emoción ofrece en relación con el reconocimiento y aspectos comunicativos de la expresión facial. Las emociones son irremediablemente comunicadas a través de códigos no verbales que incluyen tono y modulación de la voz, movimientos corporales, postura y expresión facial. La tesis se centra en ese momento en diseccionar este último, la expresión facial, los demás tendrán su momento en el apartado del lenguaje no verbal. De este modo se intenta discernir en qué medida las emociones se convierten en un proceso comunicativo, que no informativo, por cuanto precisan de la interpretación del receptor de las mismas.

    Una vez sentadas las bases de la inteligencia emocional y de la comunicación, verdaderos ejes de sentido del trabajo, el estudio se dirige hacia la habilidad comunicativa que ha elegido para su estudio: la oratoria. Allí, se describen con minuciosidad en qué habilidades concretas se divide la habilidad oratoria y se analizan en función tanto de las herramientas proporcionadas por la inteligencia emocional como por aquellas propias de los estudios de comunicación.

    En esta segunda parte de la investigación, la oratoria y las emociones: el discurso emocional y sus virtudes persuasivas, se pretende entroncar las diferentes fuentes, esto es, la psicología de la emoción, la vertiente psicosocial de las teorías de la comunicación y el ámbito pragmático de la lingüística desde el objeto de estudio de la misma, la oratoria persuasiva. Así, en un primer momento el repaso de las condiciones de nacimiento de la oratoria en manos de los rétores clásicos nos pone sobre la pista de que los aspectos emocionales ya habían sido intuidos por aquéllos, fundamentalmente por Aristóteles. Por su parte el análisis de los aspectos lógicos de la argumentación nos advierte de que, apelar sólo a aspectos racionales, puede ser suficiente para conseguir el convencimiento pero serán precisos otro tipo de recursos para conseguir la movilización a la acción, para conseguir la persuasión. En este sentido veremos como Perelman (1989) recupera la tradición clásica de la oratoria pero se ciñe sólo a los aspectos racionales descuidando aspectos que tienen que ver con el manejo de la empatía y la emoción y que nuestra investigación ha revelado imprescindibles. El análisis de los aspectos racionales del discurso en base a las aportaciones de la argumentación y la lógica, da paso después a las aportaciones de los aspectos emocionales que se materializan en el uso del lenguaje no verbal, el uso de las metáforas y el storytelling como configuradores del discurso emocional.

    Finalmente, el estudio alcanza sus conclusiones señalando la importancia que en el estudio de la psicología de la emoción y en concreto de la inteligencia emocional tienen las condiciones de la comunicación así como la importancia que para el desarrollo de la oratoria tienen las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional, los aspectos inferenciales de la lingüística y la vertiente psicosocial de la teorías de la comunicación de masas. Culmina la tesis resolviendo una cuestión presente a lo largo de la investigación, esto es, si la persuasión emocional roza lo manipulativo y subliminal y la consecuente licitud o ética de la misma.


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