La presente tesis analiza los factores que influyen en la construcción de la mirada contemporánea a través del papel de la fotografía en las redes de Internet ya sea con fines sociales o de explotación de imágenes. Hemos investigado la evolución de la fotografía con la llegada de los procesos digitales y la aparición de los nuevos dispositivos de captura que simplifican la obtención de fotografías. Nuestro estudio también trata de la convergencia con otras ciencias que estudian el funcionamiento del cerebro y el sistema visual humano en relación con la representación fotográfica.
En los últimos 15 años se ha transformado nuestra manera de pensar el mundo y de representarlo. La influencia de la tecnología en la globalización ha tenido consecuencias a nivel social, cultural o económico. La conectividad humana está siendo clave en estos procesos, permite una visión más cosmopolita del mundo y se nos impone un punto de vista cada vez más dirigido y controlado. En este contexto surgen las redes sociales, con potentes herramientas de comunicación, organización y participación.
El acceso a terminales conectados a Internet y la aparición de cámaras digitales que se fusionan en dispositivos móviles, los smartphones, han transformando nuestra forma de relacionarnos con la imagen. Esto permite que aparezcan imágenes espontáneas, directas, que documentan miles de millones de sucesos diarios que complementan nuestra percepción del mundo.
Para gestionar esa cantidad de información visual han ido apareciendo sistemas cada vez más sofisticados de gestión de esa información: los bancos de imágenes. Estos bancos se encargan de seleccionar la naturaleza de los datos, los conceptos, tipos y funciones de esas imágenes. Tras clasificar y ordenar ofrecen un servicio listo para su consumo. Además, en el siglo XXI, la producción fotográfica de cada individuo se ha ido organizando en hospedajes fotográficos que permiten su gestión desde el mismo instante en que se dispara una cámara.
La consecuencia más inmediata es la disociación de nuestra mirada entre la contemplación directa y la contemplación de imágenes artificiales, dando lugar a una nueva realidad, creada en parte por el imaginario colectivo que alberga la Red.
Las fotografías almacenadas en la memoria del ordenador requieren de una organización particular para ser accesible y recuperable. No sólo importa su carácter duradero y perpetuo como memoria visual, sino su actualidad, su espectacularidad o su novedad. El uso de la imagen se ha transformado en el siglo XXI, cobrando nuevo sentido a través de su publicación inmediata y renovando su valor como archivo visual del pasado que asienta nuestra memoria histórica.
Actualmente la generación de interfaces que hagan comprensible la complejidad tecnológica es fundamental, permiten servirnos cada vez más de los contenidos de la red y además sirve para difundir nuestros propios contenidos a través de Internet.
Los procesos digitales en fotografía han logrado una aceptación masiva por parte de las comunidades fotográficas que se han extendido rápidamente participando activamente en las redes sociales de Internet, con herramientas ligeras, intuitivas y portátiles. Blogs, hospedajes, paneles, nubes, Apps, intentan ordenar el panorama hipervisual de una realidad que parece aumentada por el desarrollo digital, pero limitando nuestra percepción que atiende al mundo físico. Ahora, nuestro cerebro se adapta al nuevo ecosistema visual, en aras de una realidad globalizada. La búsqueda de nuevos modelos que ordenan o dan acceso a los fragmentos relevantes de cada micromedio se ha convertido en una actividad prioritaria.
Nunca un periodo de tiempo tan breve en la historia de la humanidad ha sido registrado con tal cantidad de imágenes como el actual. El futuro augura que seguirá registrándose con métodos mucho más eficaces y rápidos.
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