El presente estudio aborda la visualización de datos e infografía desde cuatro perspectivas: cómo percibimos la herencia adquirida, qué recorrido hemos hecho hasta el momento actual, cómo trabajamos para organizar los contenidos y por último, con qué herramientas contamos para realizar una infografía o trabajar con los datos según todo lo expuesto anteriormente. El enfoque cognitivo, que incide en los mecanismos necesarios para comprender cómo recabamos y procesamos la información y de qué manera la interpretamos, realiza una reflexión sobre el punto de inflexión en el que nos encontramos al incorporar una dinámica digital que introduce cambios que invitan a la reflexión. En una segunda fase se hace un recorrido por el contexto histórico, que nos ubica de forma espacio-temporal por los distintos procesos de la visualización de datos e infografía, con el fin de hacer una valoración sobre su evolución y detectar patrones. En tercer lugar, la taxonomía nos permitirá organizar los elementos con los que vamos a trabajar para optimizar los resultados en función de los criterios que hayamos establecido. Un recorrido por la breve historia de la informática nos acerca a la perspectiva de una muestra de artistas que trabajan con estas tecnologías, ya como origen de su obra o bien como una herramienta más, como el color o la composición. Y por último, se aportan unos ejemplos de aplicaciones informáticas especializadas en las distintas facetas que cubre la visualización de datos e infografía, para facilitar la localización y consulta según los objetivos que se deseen alcanzar para su aplicación desde la plástica o el diseño. La evolución y mejora en la visualización de datos ¿resultado de la tecnología digital¿ permite especular con la idea de si la infografía puede ver alteradas progresivamente sus competencias frente a ella, a consecuencia no sólo de la mejora de las técnicas de visualización, sino también por la rapidez con que es demandado el resultado de los datos tratados en bruto. Aquí nos encontramos ante un matiz que habría que clarificar, puesto que la linde entre ambos términos, ya de por sí algo etérea, sigue oscilando. Para argumentar nuestra posición, mantendremos como referencia el criterio establecido que se define al comienzo de esta investigación en el apartado visualización de datos vs. infografía, una visualización muestra resultados y en ocasiones, muy logrados pero su contenido es de carácter general; de alguna forma, nos sitúa a grosso modo aportando una solución simplificada en formato visual para comprender un resultado de magnitud inabarcable, por la cantidad de información gestionada que se escapa a nuestra capacidad; por ello, la traducimos a imágenes, que es lo que nuestro cerebro, como ya hemos visto en el apartado cognitivo, reconoce y procesa con gran habilidad. Otra de las características de la visualización de datos es su vinculación a la gestión de procesos ejecutados por una máquina, que realiza tareas con rapidez y exactitud tantas como la capacidad de su memoria lo permita mientras que una infografía requiere de una mente humana que aporte una interpretación al evaluar esos datos ya triturados y ordenados. Los datos en bruto no son información y la información sin comprensión carece de valor, ya que no aporta conocimiento. Por ello, creemos que la infografía es necesaria y quizá deberá reformularse.
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