Freud trabajó en el tema del padre durante toda su vida intelectual, al que consideraba de particular importancia por su participación en el origen de la enfermedad psicológica, en la estructuración psíquica individual y en el nacimiento de la cultura. Esta tesis estudia el desarrollo, evolución y articulación de este constructo en las distintas etapas de la obra freudiana. Para lograr el objetivo se realizó una extensa investigación documental, analizando teóricamente los textos relevantes de Freud y otros autores, tanto seguidores como críticos.
El primer capítulo aborda las prematuras inclinaciones de Freud a introducirse en temas novedosos, desde donde se puede entrever que ese interés lo condujo a interrogarse por el fenómeno del padre. Estudia las dos primeras teorizaciones freudianas sobre el padre que se encuentran en: a) la teoría del trauma y la teoría de la seducción, donde el padre aparece como un desbocado sexual, y b) los inicios de la teoría sobre la sexualidad infantil, en donde el padre es objeto de las fantasías sexuales del niño. También se revisan algunas experiencias y tempranas relaciones personales que lo influenciaron en sus descubrimientos sobre el padre.
El segundo capítulo sitúa la importancia del padre en el desarrollo psíquico del niño y emprende el análisis de lo que se puede denominar como el primer mito de Freud sobre el padre. En éste construye que los deseos sexuales durante una etapa de la infancia están organizados a la manera de la tragedia griega de Edipo rey. De allí nace lo que denominará complejo de Edipo que implica que en un primer momento el niño varón ama a su madre y desea la muerte del padre, y a la inversa en la niña, quien está enamorada del padre y odia a la madre. Finalmente el entramado edípico coloca al padre en un lugar muy comprometido, pues es amado, odiado y temido a la vez por el hijo. Se revisan también las complicaciones que enfrenta Freud por declarar que el complejo de Edipo es universal. Finalmente se examinan las aplicaciones clínicas y los estudios de personajes de la cultura que realiza.
El tercer capítulo analiza el segundo gran mito de Freud sobre el padre, que muestra su interés de explorar campos disciplinares más allá del psicoanálisis. Freud concibe una organización social primitiva que habría existido antes del inicio de la cultura: una horda conducida por un padre tiránico que fue asesinado y comido por los hijos que se rebelaron y organizaron después de haber sido expulsados por el padre, que deseaba para sí a todas las mujeres.
El último capítulo trata del análisis de Freud sobre las razones que la humanidad tiene para construirse y sostener las creencias religiosas y la existencia de Dios. También se analizan sus preocupaciones por el futuro de la cultura y de la especie humana, producto de las circunstancias adversas que le tocó vivir cerca del final de su vida, particularmente la Segunda Guerra Mundial. De igual manera se revisan sus construcciones sobre la historia de Moisés y la religión cristiana (tercer y último gran mito freudiano sobre el padre), donde concluye que la figura del padre primordial permanece en los grandes eventos culturales de la humanidad, como un efecto del retorno de lo reprimido. Se incluyen también los cuestionamientos que recibió Freud por su construcción de la historia de Moisés.
Las ideas freudianas, incluyendo sus constructos sobre el padre, continúan siendo reconocidas y cuestionadas, y se mantienen vigentes en la práctica y teoría psicoanalítica. Su rigurosidad teórica queda demostrada en el cuidado con que elaboró este importante paradigma.
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