Durante las últimas décadas se ha producido un aumento de la supervivencia de los recién nacidos pretérmino gracias a las mejoras en los tratamientos que estos pacientes reciben, entre los que se incluye el tratamiento con surfactante pulmonar, mejoras en los aparatos de ventilación mecánica, utilización de nutrición parenteral e inicio precoz de la nutrición enteral. Parte de este tratamiento incluye la prevención y detección y manejo de las infecciones de los recién nacidos menores de 1500 g (RNMBP), entre los que la sepsis de inicio tardío (LOS) tiene una alta incidencia.
Material y métodos. Ventajas y sesgos del estudio.
Se analizaron las características perinatales, factores de riesgo y morbimortalidad asociada a la prematuridad en relación con la aparición de la variable principal del estudio, definida como primer episodio de LOS en 222 RNMBP ingresados en el Hospital Clínico San Carlos (HCSC) en los años 2007, 2008, 2011 y 2012. Todas las variables se ajustaron por EG y se compararon con los datos disponibles del grupo SEN1500 de la Sociedad Española de Neonatología y con la literatura científica disponible. Objetivos y resultados Se valoraron los principales antecedentes maternos y neonatales de los pacientes. Una vez ajustados los datos, no se encontró asociación con los antecedentes maternos, sexo del paciente ni antecedente de sepsis de inicio precoz. Si se encontró asociación estadísticamente significativa entre EG y LOS (80 % en menores de 25 semanas, 14 % en mayores de 33 semanas, p < 0,001) y entre peso al nacimiento y LOS (70 % para menores de 750 g, 14 % para mayores de 1250 g, p < 0,001) En cuanto a las variables de tratamiento del RNMBP, se encontró un aumento significativo de la incidencia de LOS en relación a la prolongación de ventilación mecánica (67 % en pacientes que permanecen intubados más de 14 días, 13 % en aquellos que no reciben ventilación mecánica invasiva) o nutrición parenteral (53 % en pacientes con más de 14 días de nutrición parenteral, frente a 8 % en los que la reciben menos de 7 días). También se encontró asociación con el retraso en el inicio de nutrición enteral o el momento en el que se alcanza la nutrición enteral completa.
En cuanto a morbilidad, se encontró asociación con retinopatía del prematuro y displasia broncopulmonar, pero no con enterocolitis necrotizante. Se encontró un aumento de la mortalidad, pero no fue significativo.
Un 30,9 % de RNMBP presentó al menos un episodio de LOS. La mayoría fueron causados por estafilococos coagulasa-negativos (58 % de los primeros episodios de LOS). Entre los gérmenes gramnegativos, E. Coli y E. Cloacae fueron los más frecuentes. En los años analizados por este estudio se produjo una disminución en la duración de catéteres intravasculares, nutrición parenteral y un menor uso de ventilación mecánica junto con un aumento en la utilización de lactancia materna como alimento de inicio en nutrición enteral. La tasa de LOS, pese a ello, permaneció invariable en los dos periodos estudiados.
Discusión.
El aumento de incidencia de LOS en pacientes de menor EG o menor peso al nacimiento, está relacionado con la prematuridad de los pacientes, con el uso de técnicas invasivas y con un ambiente contaminado. En los datos revisados, pese a no conseguirse una mejora en los resultados obtenidos, se observó una tendencia a un menor uso de los catéteres intravasculares e intubación. El mejor uso de los antibióticos en especial su retirada precoz y el ajuste del tiempo necesario para el tratamiento, permitirán mejorar el pronóstico de estos pacientes. Conclusiones.
El servicio de Neonatología del HCSC presenta una tasa de LOS superior a las tasas publicadas. La mejoría producida en el manejo de las técnicas utilizadas en el tratamiento de los RNMBP junto con un uso adecuado de los antibióticos debería permitir disminuir su incidencia y las secuelas que pueden ocasionar en estos pacientes.
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