El análisis del Casino de Madrid nos sirve para estudiar la articulación las bases sociales del poder durante el siglo XIX y principios del XX. Así se demuestra el papel de adaptación que jugaron los casinos elitistas en el tránsito del Antiguo Régimen al Liberalismo. Desempeñaron un papel clave porque, dada su polivalencia, cumplieron diversas funciones. En el terreno político y económico actuaron como trampolín de acceso al poder, los recursos y la influencia; participaron en las diversas formas de creación y desarrollo de la esfera pública. En el terreno social, facilitaron la mezcolanza real entre una aristocracia y una burguesía que, antiguamente separados por hondas diferencias estamentales, ahora compartían el poder y las relaciones sociales en estos espacios. El encuentro y la reunión en este círculo de sociabilidad propiciaba la creación y desenvolvimiento de un entramado de redes sociales que abarcaba los terrenos económico, político y familiar. El Casino permite estudiar este fenómeno de redes mediante el novedoso análisis de las presentaciones de nuevos socios, que eran muy cerradas por el carácter privado y excluyente del círculo. En sus filas se reunían personajes que poseían una gran capacidad económica, un estatus social elevado y una influyente situación política: los individuos graves de la sociedad, nobles, palaciegos, hombres políticos y de negocios. Todo ello tenía su reflejo externo. Los sistemas de representación social marcan y proyectan simbólicamente las fronteras de la nueva élite. Los estudiamos a través de los criados y la organización del servicio de la institución; de los actos benéficos y de asistencia social; de las diferentes sedes donde se fue ubicando el Casino, de los elementos muebles o su decoración, que permitían representar la imagen de su "paz burguesa arsitocratizada"; y de la inserción de los últimos avances técnicos como signo del progreso y los nuevos tiempos.
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