María Dolores Montoro Rodríguez
Esta tesis doctoral tiene como objeto de estudio el Gymnasium, la elitista escuela de secundaria en la que se concentraron los esfuerzos reformistas del Estado prusiano tras la desaparición del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806.
El interés hacia el Gymnasium se justifica por dos motivos fundamentales: por una parte, recoge el fervor pedagógico que desde mediados del siglo XVIII apuntaba a la educación como el único instrumento de regeneración posible y que tuvo en Alemania a Inmanuel Kant y a Johann Gottfried Herder como principales representantes; por otra parte, canaliza el sentimiento nacionalista surgido tras la ocupación napoleónica, al tratarse de una institución con un marcado tinte oficial, a través de la cual se filtraba el acceso a los puestos de mayor representatividad dentro de la administración del Estado.
El estudio se centra particularmente en la forma en que estas circunstancias se tradujeron en una espacialidad concreta. En este sentido, la investigación ha situado la propuesta de Friedrich Gilly para el monumento a Federico II de 1797 en el origen de una tipología que sería adoptada por los Gymnasien construidos con posterioridad. Según la teoría desarrollada en esta tesis, Gilly habría concebido el citado proyecto como un gran edificio educativo, al materializar el proceso cognitivo capaz de transformar al hombre en un ser racional. Para el desarrollo del programa pedagógico, este arquitecto habría utilizado, fundamentalmente, la teoría del conocimiento de Kant y la filosofía de la historia de Herder.
La difusión del esquema planteado por Friedrich Gilly en 1797 correría a cargo de uno de sus más fervientes admiradores, Karl Friedrich Schinkel quien, tratando de superar la brecha que la desaparición del I Reich y las posteriores guerras de Liberación habían supuesto, asumió la tarea de reconstruir el país. Para ello, destiló una fórmula en la que combinaba las tendencias utilizadas por los arquitectos alemanes más recientes con elementos procedentes de las grandes culturas del pasado, obteniendo como resultado un estilo de corte oficial capaz de aunar las diferencias existentes y aportar el optimismo necesario para superar la depresión en que se encontraba sumido el país.
La influencia de Schinkel sobre la tipología del Gymnasium se puede rastrear a partir de la propuesta que éste realizó para un edificio en Düsseldorf en 1820, en la que introdujo el esquema utilizado por Friedrich Gilly en el monumento a Federico II de 1797. El proyecto de Schinkel presenta un edificio formado por dos sistemas independientes: un centro escolar en el que se impartían las asignaturas teóricas y, superpuesto a él, un conjunto espacial que comprendía la gran sala para la realización de los exámenes oficiales- o Aula- y dos elementos asociados a ella: un pequeño vestíbulo en planta baja y una escalera que ponía en comunicación ambos niveles. Este esquema tripartito: vestíbulo- escaleras- Aula, será un componente irrenunciable en todo Gymnasium, puesto que representa el proceso de liberación que conduce al hombre del mundo sensible, en que se encuentra, al mundo inteligible, a la vez que define la autonomía del individuo como la quintaesencia del pueblo alemán.
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