Esta investigación se centra en el estudio de la iglesia del monasterio benedictino de Las Condes, proyectada por los monjes-arquitectos Martín Correa y Gabriel Guarda (Santiago de Chile, 1960-65). Junto con contribuir al conocimiento concreto de un emblemático caso patrimonial, considerado ejemplar en la instrumentalización de la luz en el espacio litúrgico, siendo la primera obra moderna declarada monumento nacional en Chile, se pretende contribuir a la reflexión sobre la concepción contemporánea del edificio iglesia desarrollando una crítica operativa, considerando, tal como señala Carlo Martí, la posibilidad de enriquecer la praxis a partir del análisis crítico de casos concretos.
La tesis consta de dos partes. La primera consistió en una reconstrucción del proyecto, documentando el proceso de su desarrollo, junto a las propuestas que lo preceden, e indagando en las intenciones de sus autores, con sus orígenes intelectuales y arquitectónicos.
Al respecto, planteando sus fuentes en el Movimiento Litúrgico, destacándose los planteamientos de los teólogos Odo Casel y Romano Guardini, se desarrollan relaciones con el caso alemán desde las pioneras propuestas de Rudolf Schwarz; se trató la relación con la arquitectura sacra corbusiana, matizándose su filiación; se descubrió la relación con la obra sacra de Miguel Fisac; para finalmente, circunscribir el desarrollo del proyecto a lo que esta tesis bautizó como un laboratorio chileno del espacio litúrgico, el que consistió en una serie de propuestas para el ámbito eclesial, tratándose aquí las encabezadas por Alberto Cruz, Jaime Bellalta y Miguel Eyquem, que fueron fruto de una investigación aplicada al proyecto desarrollada al alero del Instituto de Arquitectura de la Escuela de Valparaíso entre 1952 y 1964.
La segunda parte de la tesis, abordó la arquitectura de la iglesia de Las Condes desde sus aportes más genuinos a los requerimientos consustanciales al edificio iglesia.
Como primera aproximación, indagando en la constitución formal del caso, se postula la luz como generatriz de la forma, vinculando su arquitectura con las vanguardias de la abstracción del arte del siglo XX, para incluso anticiparse a diversas propuestas contemporáneas donde el espacio aparece como el nuevo soporte para el arte, y la luz como la propiedad central de su construcción.
Como segunda aproximación, se desarrolló cómo su arquitectura recibe la celebración de la liturgia. Se trata de una arquitectura del acto que da respuesta exacta a las acciones litúrgicas, a través de las cuales, citando a Odo Casel, acontece la dramatización del misterio.
La tercera aproximación, expone cómo en la iglesia de Las Condes se hace presente de forma sensible el misterio celebrado, abordando cómo se incorporaron arquitectónicamente los requerimientos simbólicos subyacentes al programa sacro, postulándose su arquitectura, por su precisión, como una máquina simbólica.
Aunando una aproximación formalista, con una fenomenología litúrgica, junto a una lectura simbólica, esta investigación plantea como tesis central la luz como generatriz del espacio litúrgico, desarrollando la genuina concepción de la luz de la iglesia de Las Condes, demostrando como su arquitectura intensifica los actos litúrgicos y como tras ella subyace una expresividad simbólica.
Frente a una serie de problemáticas dualidades que continúan en pleno debate y desarrollo para la arquitectura sacra contemporánea, la arquitectura de la iglesia de Las Condes propone una vía intermedia, oscilando entre la abstracción y la representación, entre la tradición y la modernidad, entre la domus Dei y la domus Eclesiae.
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