Dada la necesidad de contar con una profunda estructuración de los signos que lleva implícita la pintura china de las dinastías Ming y Qing, teniendo en cuenta el enriquecimiento que suponen sus logros para todo pintor, investigador, historiador y/o artista plástico en general, se ha realizado, mediante una visión personal, una investigación que contempla las siguientes etapas: primera parte: introducción al signo. El signo en occidente y el signo en extremo oriente: China. Acercándose al pensamiento filosófico-religioso, político y moral, y resaltando la extrema importancia de las tres vías mayoritarias: confucionismo, buddhismo y taoísmo, sacando a la luz la importancia del signo y el símbolo en Confucio, del signo y la palabra en Lao Tse y de los signos en la pintura budhista. Segunda parte: se ha establecido una guía estructural personalizada para el reconocimiento de los diferentes signos partiendo de una definición universal del signo hasta llegar a lo que es el signo en la pintura china Ming y Qing, que se ha contemplado desde tres subconjuntos fundamentales: tiempo, espacio y materia. Tercera parte: conclusiones; el signo se constituye en presencia viva, ontológica y cosmológica del ser y del orden universal, no por accidente sino como potencia mágica llena de sabiduría, sacralidad y valor estético; horizonte infinito de libertad y de ética ecológica. Y son estos signos los que manifiestan unos ciclos de vida-muerte y nuevas vidas o reencarnaciones plásticas, técnicas y conceptuales, a través del tiempo, el espacio y la materia, que aglutinan en su estructura todo el saber de las dinastías anteriores, erigiéndose en puente hacia la contemporaneidad occidental como forma original de arte abstracto, atajando la distancia que ha existido entre China y occidente, en aras de continuar profundizando en un conocimiento que incorpora la sabiduría y la experiencia adquirida desde ambos lados del sol.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados