Tim Burton es un sello identificable. Un director que ha sido capaz de crear un imaginario que rompe las barreras de lo meramente estético con su mirada particular. Un romántico que nos hace recordar que el Romanticismo no es una época, sino un espíritu que llega hasta nuestros días.
Con la herencia que recibe del cine de terror clásico —marcado este a su vez por las obras góticas—, Burton nos traslada a un universo muy particular donde el individuo (el héroe, al antihéroe y sus antagonistas), lo sublime, lo siniestro y la ironía confluyen para que podamos identificarnos como seres frente a una masa, para que no olvidemos que la realidad puede ser otra y que lo familiar y lo doméstico no son siempre lo que más nos conviene.
En esta tesis doctoral se analiza la obra de Burton desde el Romanticismo para demostrar que el cineasta, como muchos, es un romántico.
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