En esta tesis me pregunto si, moralmente hablando, debemos concebir el aborto como matar a alguien o, más bien, como impedir que alguien exista. En el primer capítulo presento algunas distinciones preliminares acerca de valores y de razones prácticas. Así, distingo, por una parte entre razones personales e impersonales y, por otra, entre razones neutrales frente a los agentes y relativas a los agentes. En el segundo capítulo comparo la solidez de diferentes argumentos a favor de la posición de que abortar es como matar a alguien. Propongo seguidamente que el mejor de tales argumentos es aquél que considera que, respecto a la ética de matar, los hechos relevantes que nos dan razones son aquéllos acerca del valor que la vida de la víctima tiene para ésta, así como que la identidad diacrónica es lo que importa en la supervivencia. Finalmente, en el tercer capítulo presento una serie de desafíos a las asunciones ontológicas y normativas de dicho argumento, que al cabo encuentro deficiente. De la consideración de esas objeciones concluyo que es mejor concebir el aborto, desde la razón práctica, como una decisión acerca de cuál de varios seres posibles devendrá actual, y, por ende, como parte de la ética poblacional.
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