La adhesión a los tratamientos en general, es un problema tan antiguo como la propia enfermedad. En 1965, Ley y Spelman, comenzaron a estudiar el seguimiento de los enfermos a las prescripciones médicas, determinando que aproximadamente el 50% de los pacientes incumplían las prescripciones del médico. A partir de este momento han sido muchos los estudios e investigaciones que han tratado este problema.
La mayor parte de las investigaciones en torno a este tema se refieren a la incidencia de la ahesiónterapéutica (Costa y Lopez, 1986, Meichennbaum y Turk, 1991; Masek, 1982, Sacket y Snow, 1979, Firestone, 1982), o a determinar las variables que influyen sobre ella y a los motivos que llevan a los pacientes a seguir o no los tratamientos (Meinchenbaum y Turk, 1991, Bayés, 1985,Latorre, 1995). También se han dado recomendaciones y se han establecido programas para prevenir o mejorar el cumplimiento terapéutico y graceias a todo esto se ha producido un importante avance en la eficacia de muchos tratamientos. Ahora las investigaciones en torno a este tema se encuentran con un nuevo caballo de batalla, la adhesión a los tratamientos para la infección por el VIH.
Los primeros casos de infección por el VIH se notificaron en 1981, desde ese momento hasta ahora, son muchos y muy importantes los avances y descubrimientos que se han logrado en este campo. Desde la identificación del virus causante de la enfermedad, pasando por el modo de replicación, las vías de transmisión hasta llegar a su tratamiento. Este trtamiento basado en la combinación de fármacos antirretrovirales,es de alta eficacia y ha supuesto una nueva visión de esta enfermedad.
La complejidad de estas terapias antirretrovirales, las características especiales de muchos de los afectados y el importante componente psicológico y social que siempre ha ido asociado a esta enfermedad, dificultan en gran medida que los enfermos realicen una adecuada adherecnia te
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