Las bebidas espirituosas, integran un amplio capítulo de la Bromatología en ella se incluyen, como alimentos energéticos, dado su elevado contenido en etanol. La acción beneficiosa de las mismas, depende, como la de otros alimentos, de la cantidad ingerida, pues un consumo copioso puede traer consigo enfermedades como el alcoholismo. Otro aspecto a señalar es la diferente toxicidad aguda que pueden presentar, consecuencia, no sólo de su contenido en etanol sino también en la proporción, más o menos elevada, de otros componentes iso-butanol, etc.
El análisis de estos alimentos, constituye, dada su gran complejidad, un serio problema para el químico-analista en cargado de su control, que se contenta, en la mayoría de los casos, con obtener una serie limitada de datos con carácter de “índice”, para poder calificarlos. Consecuencia de ello, en la escasa bibliografía española dedicada al tema (1, 2, 3 y 4), se observa la ausencia de información acerca de los componentes “minoritarios”, cuya presencia y cuantía es de gran interés, ya que su conocimiento permitiría establecer su origen, genuinidad, envejecimiento, etc., o por el contrario, la existencia de fraudes. Todo esto nos hizo pensar en la conveniencia de aplicar la moderna técnica de cromatografía de gases a la resolución de tales problemas.
A tal fin, tras largos y a veces desesperanzadores intentos de montaje y puesta a punto de la técnica, hemos logrado el análisis de estas bebidas, obteniendo resultados que son el motivo de nuestra tesis doctoral.
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