La idea más obsesiva de Honoré de Balzac, a lo largo de su existencia y que se encuentra, quizás en el propio origen de su actividad creadora, fue, sin duda la de alcanzar el triunfo, el éxito, el brillo social, en esa nueva realidad que aparece en Francia tras los cambios traumáticos ocurridos durante los siglos XVIII y XIX, muchos de ellos, curiosamente, coincidentes con la vida del escritor y que marcan el principio de la contemporaneidad y de muchos de los valores de nuestra sociedad actual.
Se ha tratado entonces de buscar, a lo largo de su vida y de su obra, siguiendo una serie de pistas proporcionadas por los diferentes biógrafos y por las experiencias personales que Balzac ha trasladado a su Comedie Humaine, hasta establecer una conclusiones (otras tantas claves) que nos ponen en situacion de comprender, en un primer momento, lo que el autor entendía por el triunfo social y los medios y mecanismos que los individuos de esa sociedad ponen en practica para lograr el objetivo que se habien propuesto, en una nueva realidad burguesa que se ha adueñado de todo, especialmente y de una manera definitiva, a partir de los procesos revolucionarios de la primera mitad del siglo XIX.
Para alcanzar los objetivos señalados se ha establecido un paralelismo entre la vida y la obra del escritor, siguiendo, de una manera muy especial, alguna de sus criaturas, probablemente las mas significativas, sobre todo si se consideran aspectos tales como el momento de su apariación, las ideas que desarrollan o representan, o incluso, el tiempo que el autor les ha dedicado.
La elección pasa por Lucien de Rubempre, Eugene de Rastignac, Raphael de Valentin, Silvain Pons, Valerie marneffe, Felix de Vandenesse, Henry de Marsay, Celestin Crevel Anselme Popinot, etc. Todos ellos constituyen una muestra suficientemente representativa de la lucha por el triunfo en la sociedad ideada (o simplemente trasladada) por Balzac. Todos ellos, a su vez, represen
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados