CASTELLANO:
La percepción de humanidad y la deshumanización de los grupos son procesos importantes en las relaciones intergrupales (para una revisión ver Haslam y Loughnan, 2014; Vaes, Leyens, Paladino y Miranda, 2012). La deshumanización se define como el acto de percibir o tratar a una persona o grupo como si no fuera completamente humano (Haslam y Stratemeyer, 2016). De acuerdo al modelo de las dos formas de deshumanización de Haslam (2006), una persona o grupo deshumanizado será percibido bien como animal (i.e., animalización, a través de la negación de los rasgos Únicamente Humanos) o bien como máquina (i.e., mecanización, a través de la negación de los rasgos propios de la Naturaleza Humana). En los últimos años, la evidencia empírica en este campo ha permitido concluir que ambas formas de deshumanización tienen un impacto negativo en la vida de las personas y sirven para mantener y promover desigualdades basadas en categorías sociales como la raza, la etnia o el género.
En esta tesis doctoral, nos centramos en un tipo de desigualdad que afecta profundamente al bienestar de las personas: la creciente brecha económica entre los grupos con un estatus-socioeconómico (ESE) bajo y alto. Específicamente, el objetivo de este trabajo fue explorar las consecuencias de la (des)humanización en la jerarquía basada en el nivel socioeconómico de los individuos, esto es, analizar cómo la deshumanización puede influir en el mantenimiento de la brecha económica. Para llevar a cabo este propósito, nuestro enfoque ha sido analizar, en primer lugar, si los grupos de bajo y alto-ESE son deshumanizados y, en segundo lugar, explorar las consecuencias de la deshumanización en el mantenimiento de las diferencias socioeconómicas.
La presente tesis doctoral está organizada en cinco capítulos. En el primero se expone la teoría sobre la deshumanización y su relación con el ESE y la desigualdad de ingresos. En los capítulos del dos al cuatro se reportan los estudios empíricos llevados a cabo:
En el segundo capítulo presentamos una serie de estudios en los que identificamos la animalización y la mecanización de los grupos con bajo y alto-ESE, respectivamente, mediante el uso de diferentes metodologías. Además, incluimos dos estudios que nos permitieron analizar la relación entre la (des)humanización de los grupos desaventajados y aventajados, y la interpretación del conflicto económico dentro de la Unión Europea después del referéndum griego de 2015. Este capítulo nos proporcionó evidencias empíricas que muestran cómo los grupos en los extremos de la jerarquía socioeconómica son deshumanizados y cómo esa deshumanización parece estar relacionada con la interpretación del conflicto económico.
En el tercer capítulo, analizamos el vínculo entre la animalización de grupos de bajo-ESE (frente a la humanización a través de los rasgos Únicamente Humanos) y el apoyo a las políticas sociales/redistributivas a través de dos mecanismos: el uso de atribuciones internas para explicar la pobreza y la percepción de los grupos de bajo-ESE como derrochadores de sus ingresos. Estos resultados nos permitieron comprender cómo animalizar vs. humanizar a los grupos que se encuentran en la parte inferior de la jerarquía socioeconómica influye en la justificación de la posición desfavorecida de dichos grupos.
En el capítulo cuatro, nos enfocamos en analizar las consecuencias de mecanizar (vs. humanizar utilizando los rasgos de la Naturaleza Humana) a los grupos de alto-ESE, en relación con la justificación de la posición aventajada de los grupos y el apoyo a políticas basadas en la igualdad (es decir, redistribución de ingresos e impuestos progresivos). Los resultados de este capítulo mostraron un efecto negativo de la humanización de los grupos de alto-ESE. La humanización de grupos de alto ESE contribuye al rechazo de políticas que promueven la igualdad al considerar la riqueza como justa y adquirida a través del esfuerzo personal y la ambición de los grupos con alto-ESE. Este hallazgo nos permitió identificar un efecto desfavorable de la humanización de los grupos de alto-SES en el mantenimiento del statu quo.
Finalmente, en el capítulo 5 discutimos las implicaciones de nuestros resultados en relación al mantenimiento de la desigualdad económica. Asimismo, sugerimos algunos estudios futuros y las posibles intervenciones prácticas que se derivan de nuestros resultados. Cabe señalar que los capítulos empíricos se escribieron como documentos individuales con la intención de ser enviados para su publicación de manera independiente. Por lo tanto, entendemos que los lectores pueden encontrar cierta redundancia en los argumentos que hemos utilizado a lo largo del presente trabajo.
ENGLISH:
Humanness and dehumanization are important features in intergroup relations (for reviews, see Haslam & Loughnan, 2014; Vaes, Leyens, Paladino, & Miranda, 2012). Dehumanization can be defined as the act of perceiving or treating a person or a group as if they are not fully human beings (Haslam & Stratemeyer, 2016). Based on the dual model of dehumanization (Haslam, 2006), two forms of dehumanization have been proposed: animalistic (i.e., denial of Human Uniqueness traits) and mechanistic (i.e., denial of Human Nature traits) dehumanization. Previous empirical evidence concluded that both forms of dehumanization have a negative impact on people’s lives, and serve to maintain and promote inequalities based on social categories such as race, ethnicity, or gender.
In this doctoral dissertation, we focused on one form of inequality that deeply affects people’s well-being: the increasing income gap between low and high socioeconomic-status (SES) groups. Specifically, the aim of the dissertation was to explore the consequences of (de)humanization on the socioeconomic hierarchy by analyzing how this process might influence the maintenance of the income gap. In order to do so, we approached this task by firstly analyzing whether low and high-SES groups are dehumanized, and then exploring its consequences in the maintenance of socioeconomic differences.
This doctoral dissertation is organized into five chapters. The first chapter discusses the dehumanization theory and its relationship with factors such as SES and income inequality. Chapters two through four report the empirical evidence, as follows:
In the second chapter, we present a series of studies in which we identified the animalistic and mechanistic dehumanization of both low and high-SES groups using different methodologies. Additionally, we included two studies that allowed us to understand the relationship between the (de)humanization of a disadvantaged and an advantaged group, as well as the interpretation of the economic conflict inside the European Union after the Greek referendum in 2015. This chapter provides empirical evidence that shows how groups at both extremes of the socioeconomic ladder are dehumanized, and how this dehumanization seems to be related to the understanding of the economic conflict.
In the third chapter, we analyze the link between animalizing (vs. humanizing low SES groups in terms of Human Uniqueness traits) and the support for social policies through two mechanisms: the use of internal attributions to explain poverty and the perception of low-SES groups as wasting their income on unnecessary items. This empirical chapter allowed us to understand how animalizing vs. humanizing groups at the bottom of the socioeconomic hierarchy influences the maintenance of their unfavorable position.
In chapter four, we focus on analyzing the consequences of mechanizing (vs. humanizing in terms of Human Nature traits) high-SES groups in relation to the justification of their advantageous position and the support for equality-based policies (i.e., income redistribution, progressive taxation). Results from this chapter showed a negative effect of humanizing high-SES groups. When humanizing high-SES groups, participants rejected equality-based policies ascribing wealth to fairly and internally caused factors (e.g., ambition or personal effort). This finding highlighted the undesirable effect of humanizing high-SES groups on the maintenance of the status quo.
Finally, in chapter five, we discuss the implications of our findings on the maintenance of economic inequality. Additionally, we point out some future studies and possible practical interventions. It should be noted that the empirical chapters were written as individual papers with the intention of being submitted for publication. Therefore, we understand that readers may find some redundancy in the arguments we have made across this doctoral dissertation.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados