El Buen Vivir emerge como una propuesta alternativa al sistema de dominación Capitalista. Se manifiesta como una idea de cambio para muchos pueblos, organizaciones y movimientos sociales que durante años han resistido al modelo de crecimiento económico y la cultura de la globalización como la única forma de desarrollo. Los pueblos y culturas ancestrales de América Latina, conservan sus principios y prácticas en la vida cotidiana, referenciadas en su memoria histórica, valores que contrarrestan los hábitos del mal vivir impuesto por el mal desarrollo.
La idea del Buen Vivir es una cosmovivencia en construcción que se alimenta de las cosmovivencias o buenos Vivires locales. Este nuevo modo de vida requiere que en los diferentes territorios y espacios humanos, exista la disposición y la voluntad para una vida equilibrada, que permita el establecimiento de diversos niveles de armonía: armonía con uno mismo, la comunidad, la naturaleza y el cosmos.
El sistema capitalista se desarrolló con la industrialización de la economía y la modernización del Estado, promovida sobre todo, por el expresidente de los Estados Unidos Harry Truman a mediados del Siglo pasado. El Ecuador, a los largo de su historia republicana y sin importar la ideología o partido político en el gobierno, no ha dejado de perseguir el Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), comprometiendo sus recursos naturales en el mercado mundial en condiciones desiguales, sin lograr salir del modelo primario exportador y extractivista, ni siquiera en la última década del Gobierno de la Revolución Ciudadana.
Para esta investigación se ha seleccionado tres casos de estudio, en tres culturas ancestrales: Shuar de la Amazonía, Manteña del litoral y Kichwa de los andes en el Ecuador, con el objetivo de identificar las prácticas y vivencias que aportan a la construcción de la propuesta del Buen Vivir a nivel nacional, como alternativa al modelo de desarrollo dominante.
Las Metodologías Participativas guiaron el camino para lograr la colaboración de las comunidades. Se pudo recopilar información, organizar y devolverla para el análisis y validación participativa, en un proceso continuo de construcción colectiva del conocimiento.
Los resultados dan cuenta de la esencia de la vida comunitaria, impregnada de una profunda espiritualidad, donde el sentimiento de pertenencia a la naturaleza es la base de su credo, en una relación reciproca de afecto, cuidado y protección; donde la economía es de suficiencia porque la importancia de los bienes está en su uso y no en su precio. Donde cobra sentido el concepto de biocentrismo, en franca ruptura con el antropocentrismo de la modernidad.
La investigación de los Buenos Vivires en las culturas locales del Ecuador, ayuda a comprender que otros modos de vida son posibles, para superar las desigualdades, la exclusión, la pobreza y el agotamiento de los recursos naturales al que nos ha llevado el modelo de desarrollo sustentado en el crecimiento económico, que sin considerar las externalidades ha provocado catastróficas consecuencias en la vida de los seres vivos, los pueblos y el planeta.
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