La fractura de cadera por fragilidad en el anciano representa la complicación más grave de la osteoporosis y constituye un problema creciente desde el punto de vista clínico, social y económico. La población anciana que sufre una fractura de cadera osteoporótica se caracteriza por una edad cada vez más avanzada debido a la mayor esperanza de vida y una alta prevalencia de comorbilidades que eleva el riesgo perioperatorio de complicaciones. Es la complejidad global y la propia fragilidad del paciente anciano con fractura de cadera lo que hace necesario el manejo de forma multidisciplinar y protocolizada de este proceso. La aplicación de una vía clínica basada en la evidencia en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila durante el periodo de 2013 reduce el consumo de recursos sanitarios, mejorando el resultado clínico y sin empeorar la situación funcional al alta, en comparación con el grupo control.
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