Cataluña es la comunidad autónoma que históricamente concentra más población procedente de los 28 países del África Subsahariana que practican la mutilación genital femenina (MGF). A principios de los 90, con la reagrupación familiar, se detectan los primeros casos de niñas y se desata la polémica en la opinión pública. En estos años, se fundan las primeras asociaciones de mujeres africanas que inician el diálogo sobre la práctica. En este período, se gesta el Modelo Wassu, el cual parte de la investigación etnográfica origen-destino, realizada por la antropóloga Adriana Kaplan.
En 2001 el Parlament insta al Gobierno de la Generalitat de Catalunya a llevar a cabo un plan de choque para erradicarla. En 2002, se presenta el primer protocolo en España, el cual estipula cinco niveles de actuación: prevención, detección, actuación, actuación urgente y recuperación. Sin embargo, la actuación mayoritaria, obvia los primeros tres niveles, para centrarse en el control y la persecución de las familias que viajan al país de origen de vacaciones. En 2007, se publica un segundo protocolo, reeditado en 2009, bajo el enfoque de la violencia machista. El modelo de la Generalitat de Catalunya se gesta en la provincia de Girona, a través de las Mesas de Prevención de la MGF, como herramienta para desplegar el protocolo a nivel territorial. La Generalitat pretende expandir este fórmula al resto de Cataluña, sin una evaluación de su impacto.
«Una mirada caleidoscópica sobre la mutilación genital femenina (MGF) en Cataluña» es una etnografía que no solo analiza minuciosamente las políticas y las acciones que ha planteado el Gobierno catalán para erradicar la MGF sino que evalúa su aplicación e impacto tanto en la población afectada como en los y las profesionales que intervienen. Después de más de diez años de la puesta en marcha del primer protocolo catalán como herramienta base para erradicar la MGF, nunca antes se había evaluado el impacto generado. De hecho, en otras investigaciones se alardeaba el modelo de intervención, basado en análisis superficiales, que demostraban un escaso trabajo de campo. Lejos de lo que se publica en los medios de comunicación, esta investigación visibiliza la intervención que se realiza con las familias africanas. El resultado es una tesis crítica con el modelo que se impone y se ejecuta.
Se detecta que se crean herramientas de control, más que de prevención, que vulneran los derechos de las familias africanas. En 2011, el desmantelamiento progresivo del sistema del bienestar afecta a los servicios de salud, servicios sociales y educación. Las repercusiones de las políticas de austeridad afectan directamente en la atención y la prevención general, incluida la MGF. Sin embargo, en 2015, la Generalitat anuncia como medida pendiente, que la sanidad pública asumirá la reconstrucción genital femenina. Al mismo tiempo, se experimenta un auge de la cirugía genital cosmética, realizada en clínicas privadas.
Como alternativa se presenta el Modelo Wassu, basado en la investigación-acción, desplegado y pilotado por la doctoranda en el municipio de Badalona a través del Programa de Prevención y Atención de la MGF desde el servicio de salud pública. Se trata de un modelo construido en la periferia, de aquí el título metafórico «Al otro lado del muro». Además, se propone un estudio sobre la situación de la MGF desde los sistemas de información en salud pública y que, unido al conocimiento de la antropología, podría avanzar en algunas cuestiones, evitaría el control nominal que se realiza a la población y mejoraría las políticas públicas en relación a este tema.
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