Resumen de Víctima y desvictimización.
Actualmente, la atención a las víctimas se ejerce para, pero sin la víctima, puesto que esta no recibe todo el apoyo necesario por motivos de carencias estructurales, jurídicas, materiales, sociales, económicas y también individuales.
En general, se hace necesario un nuevo modelo de intervención que dé cohesión real a la atención a las víctimas que permita la adecuada cobertura de las necesidades consecuentes de la victimización y que considere las posibilidades de implicación, la voluntad y la responsabilidad de la víctima en mantener, modificar o en trascender su condición. Se referencia un modelo de intervención con la víctima que sea consecuente con las respuestas a cuestiones como: ¿puede la víctima dejar de serlo? ¿Bajo qué parámetros? ¿Depende la víctima sólo de los agentes y ayudas externos para superar su condición? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué puede hacer la Victima por ella misma? A la luz de estos cuestionamientos, la intervención victimal, hasta ahora dirigida hacia y para la víctima, se plantea desde y con la propia víctima. Desde éste parámetro, se construye un cuerpo teórico a partir de la praxis con las víctimas, que pone de manifiesto no solo qué puede hacer la víctima por ella misma sino cómo puede hacerlo y para qué. A través de las víctimas el modelo de intervención señala la desvictimización como un fin (para qué), diferentes procesos que la configuran (cómo), qué elementos y factores son necesarios o intervinientes (qué) y la presencia, implicación e intervención del ser humano víctima (quien).
En la actualidad, no existe una trayectoria práctica sobre desvictimización, lo que ha hecho necesario aclarar la definición, la extensión y objeto de estudio del concepto de desvictimización, su relación con la victimología, así como el análisis y la descripción de determinados parámetros de partida y de los procesos que la configuran, desde su aplicación práctica con las víctimas. Con especial cuidado de no circunscribir dicho concepto solamente al ámbito teórico de lo jurídico, de lo psicológico o de lo social, descoordinados entre sí. Pues ello, llevaría a intentos de desvictimización desde diferentes sectores de investigación, a una intervención parcelada con las víctimas y a actuaciones institucionales desconectadas de la visión y necesidades globales y reales de las víctimas.
La concepción de la víctima como ser humano y la praxis con las víctimas nos muestran a la víctima como un agente activo de autovictimización y por lo tanto, de victimización y como un agente activo de desvictimización, a través de autodesvictimización y los procesos que la configuran.
Con el estudio teórico-práctico de y desde las víctimas, se desprende además, la presencia e intervención de valores y fuerzas morales imperantes en la desvictimización y el concepto de víctima como Agente de Derechos.
La conjunción de teoría y praxis victimal, desde el nuevo modelo de atención a las víctimas, amplía el objeto de estudio de la Victimología debido a la incorporación de los procesos de desvictimización y de nuevos parámetros (autovictimización-autodesvictimización) a la investigación victimológica, que comprende desde la prevención de la victimización hasta la intervención con la víctima para la desvictimización.
