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Resumen de El motivema como instrumento de análisis tematológico: aplicación a la génesis del deseo en la literatura griega

Miguel Martín Echarri

  • Pocos acontecimientos se prestan mejor a la narratividad que el momento de aparición del deseo en el individuo: señala un contraste entre un antes indiferente y un después (marcado por el sentimiento) que es la condición fundamental que Courtés establece para lo narrativo. Y se adapta también a la perfección a su modelo de programa narrativo, por el cual la narración consiste en el paso de una carencia a una posesión: un sujeto de acción hace que un sujeto de estado pase de ignorar el deseo (objeto) a experimentarlo en plena «conjunción» consigo.

    Mejor que tema o motivo (palabras de sentidos confusos), de acuerdo con la propuesta simplificadora de Naupert, es preferible otro término para los constituyentes de relatos: el «motivema» de Doležel. Efectivamente, como en los ejemplos de este autor, bajo el nivel de la textura de la expresión lingüística concreta en un texto y bajo el nivel de la estructura del motivo que subyace al primero, podemos encontrar un tercer nivel, el del motivema, o acción realizada por un actante: `algo hace que surja el deseo en el individuo¿.

    Mientras algunos textos especifican los tres con claridad (sea Eros, un alcahuete mágico, un instrumento con poderes, etc.), otros no dan cuenta de ningún sujeto que realice la acción generadora de deseo, por más que esta tenga lugar. Estas oscilaciones sugieren un análisis de los textos literarios atento a las transformaciones que tienen lugar en lo temático a lo largo de la historia y de las culturas.

    Merece la pena llevar a cabo un análisis de los cambios históricos que se producen en el seno de una entidad semántica o temática. En nuestro motivema, las posibilidades teóricas del programa narrativo de Courtés distinguen cuatro grandes grupos, que a su vez pueden dividirse en nueve repartos actoriales: 1. Los tres actantes son especificados por actores diferentes (tanto si el sujeto de hacer es una fuerza natural, un dios o un instrumento en manos del dios o de un humano); 2. No hay noticia de un sujeto de hacer (y el amor surge con el conocimiento de la persona amada, o debido a circunstancias, o simplemente no se declaran razones para su origen); 3. Un mismo actor es el sujeto de hacer y el de estado (y el enamorado es responsable de su amor); 4. Un mismo actor es el sujeto de hacer y el objeto (un deseo se insufla a sí mismo en el individuo).

    La génesis del deseo en un individuo es uno de los mejores objetos temáticos para llevar a cabo este análisis y su estudio relacionado con la historia, a condición de circunscribirse a una literatura bien conocida, clausurada en el tiempo y la cultura, razonablemente unitaria y, no obstante, sometida a los cambios que impone el devenir.

    La literatura griega antigua cumple las condiciones más importantes, pese a la dificultad de algunos textos fragmentarios o discutidos, o a la conveniencia de someterse a versiones e interpretaciones ajenas. Es posible seleccionar los pasajes en que se narran enamoramientos, adaptarlos a las nueve variantes previamente esquematizadas, para finalmente señalar las transformaciones que tienen lugar con el paso del tiempo. La elaboración de nuestro corpus de textos griegos incluye 67 textos (obras individuales, fragmentos o colecciones).

    Se han seleccionado todos los pasajes en los que el plano de la expresión literaria permite entender una estructura motivemática subyacente similar a cualquiera de las nueve variantes señaladas. Una vez excluidos razonadamente todos los casos dudosos o limítrofes, y adscrito cada pasaje (un total de 646) a una de las variantes, se han elaborado nueve listas, y se han considerado las proporciones entre ellas en los distintos textos y a lo largo de cuatro etapas históricas.

    El estudio muestra que las etapas sucesivas de la literatura griega experimentan en cuanto a las variantes hegemónicas del motivema elegido una transformación que es internamente coherente y que denota una clara dirección en la evolución de la manera de entender el origen del deseo: las variantes que responsabilizan a alguno de los agentes externos descritos son predominantes en las primeras etapas, mientras que poco a poco son las que renuncian a señalar a ese agente las que se vuelven hegemónicas.

    Es posible relacionar estos cambios en la literatura con los acontecimientos ocurridos en esos tiempos, especialmente con el desarrollo de la construcción filosófica, que seguramente impuso una nueva forma de ver fenómenos como el deseo: entre Empédocles y Aristóteles encontramos una progresiva delimitación y comprensión de realidades inmateriales como la atracción entre seres humanos, paralela o causante de que otros escritores se fueran olvidando de responsabilizar de ella a los dioses.

    Few phenomena lend themselves better to the narrative than the moment at which desire appears in the individual: it points to a contrast between a prior state of indifference and the subsequent one determined by the presence of the new feeling. This change is the main condition Courtés sets for narration, and it¿s perfectly adaptable to his narrative programme, according to which narration is a progession from a state with a lack to another of possession: a subject of doing makes a subject of state stop ignoring desire (the object) and begin experiencing it.

    Instead of `theme¿ or `motive¿ (words with many confusing meanings), in accordance with Naupert¿s clear schema, we choose another term for such constituents of the story: Doležel¿s `motifeme¿. In fact, as happens in his own examples, underlying the first level of the textual surface structure and the second level of the motive structure, a third level can be found, where the motifeme predicates an action brought about by an actant: `something makes desire appear in the individual¿.

    Though some texts clearly specify all three (be it Eros, a magical intermediary, an instrument filled with supernatural power, etc.), others do not hold any agent responsible for the action of generating desire. Such oscillations demand an analysis of literary texts that is attentive to the transformations that take place in the thematic sphere throughout history and the different cultures.

    It is interesting to make an analysis of the historical changes that take place within a semantic or thematic entity. Inside our motifeme, Courtés¿ narrative programme¿s theoretical possibilities allow us to distinguish four different groups, which can also be subdivided into nine actorial distributions: 1. All three actants are specified by three different actors (whether the subject of doing be a natural power, a god or an instrument in the hands of a god or of a human being); 2. No subject of doing appears (therefore love is generated through the knowledge of the other person, or due to circumstances, or simply no cause is given for its origin); 3. The same actor is the subject of doing and the subject of state (so the lover takes responsibility for his/her love); 4. The same actor is the subject of doing and the object (desire inserts itself in the individual).

    The apparition of desire in an individual is among the best thematic objects for carrying out this kind of analysis and its relation with History, on the condition of limiting it to well known literature, within both a particular time and culture, reasonably united but also subject to the changes imposed by time.

    Ancient Greek literature fulfils the most important conditions, despite the difficulties of some fragmentary or polemic texts, or the advantage of assuming someone else¿s version and interpretation. It is possible to select, from a certain corpus, all passages in which infatuation is narrated, classify them into our nine variants, and finally point to the transformations that take place over time. Our textual corpus includes 67 Greek texts (individual works, fragments or collections).

    All the passages in which the level of literary expression allows us to understand an underlying motifeme structure similar to any of the nine fixed variants have been selected. Once all uncertain cases have been reasonably excluded and every passage (of a total of 646) has been assigned to one of the variants, nine lists have been elaborated, taking into consideration the proportions between their apparitions in the different texts throughout four historic periods.

    Results show that consecutive periods experience a transformation in the hegemony of one or another motifeme variant, and there is coherence in this transformation, as it indicates a clear direction in the evolution of the way to understand desire: variants that hold any of the described external agents responsible are predominant in the first periods; while the others, those which do not point to any external agent, become more and more hegemonic in the later periods.

    A relation can possibly be found between these transformations in literature and the events of those times, especially the development of philosophy, which probably imposed a new way of looking at such phenomena as desire: between Empedocles and Aristotle we can find a progressive understanding and a setting of the limits of immaterial facts such as attraction between human beings, be it parallel or causal, for other writers to gradually forget about holding the gods responsible.


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