INTRODUCCIÓN. Una menor densidad mineral ósea (DMO) en la infancia puede estar relacionada con el riesgo de padecer osteoporosis o fracturas en edad adulta, incluso en jóvenes aparentemente sanos. Estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha, muestran que un 30% de los niños con hipercalciuria sintomática, un desorden caracterizado por la elevada excreción de calcio en la orina, presentan osteopenia. Se desconoce si los niños que presentan esta alteración metabólica sin síntomas tienen el mismo riesgo.
Por otro lado, existe controversia sobre el criterio diagnóstico de hipercalciuria en el lactante, y se desconoce la influencia que podría tener la alimentación sobre la excreción urinaria de calcio en este periodo del desarrollo.
OBJETIVOS. En primer lugar, valorar la posible influencia de la hipercalciuria idiopática en niños sanos asintomáticos sobre la densidad mineral ósea a los 7 años de edad. Y en segundo lugar, valorar la influencia del tipo de lactancia sobre la excreción urinaria de calcio en lactantes de 3 y 6 meses de vida.
MATERIAL Y MÉTODOS. Dentro del estudio longitudinal CHOP (Childhood Obesity Project) se realizó un análisis observacional en la muestra española a los 7 años de edad (n=175) los cuales fueron clasificados como hipercalciúricos o controles. Se valoró la excreción de calcio en orina, la DMO mediante una Densitometría de rayos X con doble nivel de energía (DXA) y la antropometría. La ingesta de calcio y la actividad física fueron medidos como factores confusores.
Para la valoración de la calciuria en lactantes sanos a los 3 y 6 meses de edad, se realizó un análisis secundario a toda la muestra de estudio longitudinal CHOP (n=1678). Se obtuvieron 731 muestras de orina a los 3 meses y 573 a los 6 meses en las cuales se midió la calciuria. La antropometría y la ingesta alimentaria fueron evaluados también en los mismos participantes. El volumen renal y la urea/creatinina, fueron medidos a los 6 meses mediante una ecografía y una extracción sanguínea.
RESULTADOS. A los 7 años, la prevalencia de hipercalciuria idiopática en la población estudiada fue del 17.7%. Ambos grupos, hipercalciúricos y controles, mostraron tener unas características basales antropométricas, de distribución de género, de actividad física y de ingestas dietéticas de proteína y calcio muy similares. La excreción urinaria de calcio mostró ser independiente de la ingesta de calcio y de la antropometría. La densidad mineral ósea (DMO) se correlacionó con la antropometría y la actividad física, pero no con la ingesta dietética de calcio. Niños diagnosticados con HC mostraron tener una DMO total z-score inferior a la de los controles.
El ser hipercalciúrico reducía significativamente la DMO z-score total incluso cuando la antropometría, la actividad física y la ingesta de calcio se incluyeron como factores de confusión en los análisis multivariantes.
En relación a la valoración de la excreción de calcio en lactantes de 3 y 6 meses de edad, mostramos que los niños alimentados con lactancia materna (LM) tenían calciuria significativamente superiores, seguidos de los que consumían fórmula con mayor contenido en proteína (AP) y finalmente por alimentados con fórmula de menor contenido proteico (BP) (p<0.001 para todas las comparaciones). La ingesta proteica o el tipo de fórmula modulaban la calciuria en los modelos de regresión ajustados por la ingesta de calcio, fósforo y sodio y por factores renales como el volumen y el filtrado. La prevalencia de hipercalciuria en los lactantes de 3 y 6 meses de edad (utilizando los puntos de corte habituales) fue de un 37.8% y 17.6% (LM), 16.8% y 11.2% (AP) y un 4.9% y 3.2% (BP) respetivamente.
CONCLUSIONES. El diagnóstico de HC se asocia con una menor DMO a los 7 años de edad, teniendo un 22.6% de los niños hipercalciúricos una baja DMO (< -1 z-score de la población normal) , comparado con el 11.9% de los niños no hipercalciúricos.
Por otro lado, se ha observado que la alimentación consumida durante los primeros meses de vida modifica la calciuria, siendo los niños alimentados con lactancia materna los que muestran niveles más altos. Proponemos nuevos valores de corte según el tipo de alimentación (diferenciando lactancia materna de artificial) para evitar un sobrediagnóstico de hipercalciuria en el lactante sano.
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