La tesis explora la influencia en la salud de las políticas de la Administración y de la Iglesia para proveer capital cultural y recursos humanos en materia de salud. Se analiza el proceso de profesionalización sanitaria en Baleares comparando las tasas locales y nacionales de titulados y el papel desempeñado por las primeras religiosas enfermeras. Aunque los médicos, los farmacéuticos y las matronas de Baleares se distribuyen mejor respecto al territorio, el número de titulados por habitante en todos los grupos fue menor en Baleares que en España. El acceso profesional estuvo limitado para las mujeres, las matronas pleitearon con la administración y la primera médica aparece en 1915. Los servicios prestados por las religiosas por habitante y año y por hogar al año, suponen una extraordinaria presencia de religiosas enfermeras que contribuyó, en sinergia con otros factores sociales coadyuvantes, a la bondad de los datos demográficos que de forma adelantada presentaba Mallorca.
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