La atención a las familias con hijos e hijas con discapacidad constituye un reto para nuestra sociedad. La familia funciona como un puzle, donde todas las piezas encajan, pero cuando se produce un cambio en alguna de ellas, el resto de piezas se ve afectado. De esta manera, todo cambio que acontezca en el seno de una familia, afectará a todos sus miembros. En el caso del nacimiento de un hijo o hija con discapacidad, la noticia supondrá un shock que afectará a toda la estructura familiar y, tras esta fase, los padres comenzarán un proceso largo en el que deberán cuidar y educar a sus hijos, lo que conllevará niveles altos de estrés que pueden llegar a requerir asesoramiento profesional. En función del tipo y grado de discapacidad del hijo, los padres sufrirán, además, otros trastornos asociados, como son fatiga, depresión, baja autoestima, problemas en el afrontamiento e inadaptación a la situación. Por ello, los programas de intervención familiar resultan bastante útiles, ya que pueden ayudar a ver la situación como menos desbordante, enseñándoles a manejar las emociones, disminuyendo los pensamientos negativos y mejorando las relaciones sociales.
En la presente Tesis Doctoral se parte de la hipótesis de que el desarrollo de un programa de entrenamiento en manejo de estrés es más eficaz que el no tratamiento, por lo que se observarán modificaciones significativas en el estado emocional de las familias. Los participantes de los grupos de tratamiento, en comparación con los del grupo control, manifestarán cambios significativos en el nivel de estrés, autoestima, ansiedad, afrontamiento, depresión e inadaptación.
Se han llevado a cabo dos estudios basados en un diseño experimental multigrupo con una muestra final de 120 padres, divididos en: un grupo experimental compuesto por 36 padres cuyos hijos presentaban algún tipo de discapacidad, un grupo control formado por 46 padres con hijos e hijas con discapacidad, y otro grupo control conformado por 38 padres con hijos sin discapacidad. El estudio I ha estado compuesto por las familias de los tres grupos y el estudio II por las familias del grupo experimental y control con hijos con discapacidad, tomando medidas pretest, postest y de seguimiento a los seis meses.
El protocolo de evaluación ha estado conformado por los siguientes cuestionarios: variables sociodemográficas del padre o madre y de los niños y niñas con discapacidad, Escala de Autoestima de Rosenberg, Inventario de Ansiedad-Estado (STAI), Inventario de Estrategias de Afrontamiento (CSI), Inventario de Depresión de Beck, Escala de Estrés Parental PSI- Short Form, Escala de Inadaptación y Cuestionario de Satisfacción con el Tratamiento CSQ-8.
Analizadas las características sociodemográficas de las familias participantes en los tres grupos, no se encuentran diferencias estadísticamente significativas relacionadas con la edad, género, el estado civil del padre/madre, su situación laboral o nivel de estudios; tan sólo se hallan diferencias en el género de los hijos y grupo de discapacidad, en la situación familiar (número de personas que viven en el hogar y existencia de otros familiares con discapacidad) o apoyo institucional a la familia.
Las familias del grupo experimental y control con hijos e hijas con discapacidad muestran diferencias de partida en algunas de las variables analizadas con respecto al grupo control de familias con hijos sin discapacidad, presentando niveles de autoestima menos elevada, mayores niveles de ansiedad, menor uso de las estrategias de afrontamiento centradas en el problema, niveles cercanos a depresión leve, valores en la escala de estrés total por encima del punto de corte establecido en 90, y superando el punto de corte establecido en 12 para la escala de inadaptación.
Se ha comprobado que el programa de intervención psicológica en el manejo de estrés para padres y madres de niños con discapacidad ha podido surtir efecto en las familias pertenecientes al grupo experimental, en comparación con las del grupo control, observándose cambios significativos en todas las variables analizadas, a excepción de la autoestima; efecto que se mantiene en el tiempo, tal y como demuestra el seguimiento a los seis meses.
Se han analizado las diferencias intragrupo del grupo experimental a lo largo de los tres momentos evaluados, encontrándose que existen diferencias estadísticamente significativas entre el pretest y el postest en la mayoría de las variables evaluadas, con excepción de la variable autoestima y la estrategia de afrontamiento por evitación de problemas.
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