Francisco Javier del Río Olvera
La sexualidad se ve influida por múltiples variables, entre ellas el consumo de sustancias de abuso, la ansiedad y las actitudes. Las actitudes predisponen a responder de determinada forma a estímulos externos, condicionando la expresión de la sexualidad, y la ansiedad está implicada como factor predisponente, precipitante o de mantenimiento en todas las disfunciones sexuales, y muy presente en el proceso de desintoxicación de las personas en tratamiento por consumo de sustancias. Al mismo tiempo las drogas interfieren, por distintos mecanismos, en la respuesta sexual.
El objetivo de la presente tesis doctoral es evaluar el efecto de las sustancias de abuso en la respuesta sexual, conocer las secuelas que el consumo de sustancias adictivas provoca en la respuesta sexual a corto, medio y largo plazo, conocer la influencia del consumo de sustancias en las actitudes sexuales, determinar la influencia de las actitudes sexuales en la respuesta sexual, y evaluar la influencia de la ansiedad en la respuesta sexual.
Se realizó un muestreo por conglomerados no probabilístico, participando 28 centros de tratamiento de 27 provincias españolas. La muestra finalmente estuvo compuesta por un Grupo Experimental, con 1054 personas, y por un Grupo Control, con 211 personas. Para la evaluación de la respuesta sexual se utilizó el cuestionario Golombok Rust Inventory of Sexual Satisfaction (GRISS), para la evaluación de las actitudes sexuales el cuestionario Sexual Opinon Survey (SOS), y para la evaluación de la ansiedad el Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo (STAI). El análisis de los resultados se realizó mediante los programas informáticos IBM© SPSS© Statistics Versión 19, Microsoft© Excel© y G-Stat 2.0.
Los resultados señalan que el Grupo Experimental obtuvo una puntuación media superior al Grupo Control en todas las variables del cuestionarios GRISS, y por tanto un porcentaje mayor de respuesta disfuncional (Infrecuencia, 49,3% > 40,3%; No Comunicación, 30,6% > 11,8%; Insatisfacción, 23,2% > 4,3%; No Sensualidad, 0,7% > 0,5%; Evitación, 23,5% > 15,2%; Disfunción Eréctil, 36,7% > 15,9%; Eyaculación Precoz, 44,3% > 15,9%; Vaginismo, 65,1% > 39,5%; Anorgasmia, 13,2% > 2,3%), una puntuación media menor de media en el cuestionario SOS (86,62 < 96,39) y mayor en las dos escalas del cuestionario STAI (Ansiedad Estado, 20,32 > 13,52; Ansiedad Rasgo, 26,31 > 15,25), siendo las diferencias estadísticamente significativas. Se ha comprobado además, que con el periodo de abstinencia no mejora la respuesta sexual de las personas consumidoras.
Se concluye que el consumo de sustancias adictivas a largo plazo deteriora significativamente la respuesta sexual de las personas consumidoras, en comparación con las no consumidoras; que las mujeres consumidoras presentan una respuesta sexual más disfuncional que los hombres consumidores; que la respuesta sexual no mejora a medida que aumenta el periodo de abstinencia; que las personas consumidoras presentan actitudes más negativas hacia la sexualidad, al mismo tiempo que también presentan mayores niveles de ansiedad, que las personas que no han consumido; que las sustancias depresoras afectan de manera significativa a la ansiedad y aumentan la tasa de disfunción eréctil; que las personas consumidoras de mayor edad presentan mayores dificultades en la respuesta sexual; y que tener pareja actúa como factor protector frente a las disfunciones sexuales en las personas consumidoras.
Por tanto se hace necesario un trabajo específico y en profundidad sobre las disfunciones sexuales en los centros de tratamiento de drogodependencias que incluya evaluarlas y poner a su alcance las estrategias terapéuticas que puedan paliar estos efectos. Actualmente en la mayoría de estos centros se realiza una escasa intervención sexológica, bien por la poca formación a este respecto de las personas que trabajan en dichos centros, bien por el poco tiempo que se les puede dedicar a cuestiones que se encuentran fuera del propio consumo de sustancias, bien por las propias resistencias de la persona en tratamiento a hablar de estos temas. Aunque con el paso del tiempo la sustancia deja de estar presente en el organismo, el comportamiento aprendido durante años de consumo sigue manteniéndose. Trabajar el área sexual mejoraría notablemente la calidad de vida de estas personas y serviría al mismo tiempo como factor de protección frente a posibles recaídas.
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