En la mayoría de las democracias representativas actuales gran parte de su ciudadanía se considera en mayor o menor intensidad de izquierdas, de derechas o de centro, entre otras posibilidades. Esta adscripción constituye un rasgo más de su identidad política y contribuye a construir su percepción sobre objetos políticos diversos, además de ayudarles a reducir los costes derivados de la necesidad de informarse sobre una variedad de propuestas políticas.
La división izquierda-derecha juega un papel fundamental en el desarrollo de la política democrática, y su estudio resulta imprescindible para conocer y medir la ideología de los ciudadanos. Porque aunque la ideología, en su calidad de conjunto de creencias, valores y actitudes en relación con la política, no se nutre tan sólo de la distinción entre izquierda y derecha, lo cierto es que ésta se erige en una de sus piezas centrales. La dimensión que conforman ambas etiquetas aparece como la manera más extendida de representar y articular el escenario de la competencia partidista, al mismo tiempo que interviene en la configuración de la decisión electoral y actúa como elemento de amarre o anclaje del voto.
A partir de la premisa de esta centralidad de la oposición entre izquierda y derecha, la presente investigación se plantea como uno de sus objetivos fundamentales el análisis de la división y de las ubicaciones ideológicas en España. El interés del estudio del caso español radica en su evolución histórica y política particular. El régimen autoritario que se impuso después de la guerra civil, interrumpió el curso de un régimen democrático que, aunque sobre unas bases distintas, no se restableció hasta la segunda mitad de la década los setenta. Fueron cerca de cuarenta años de supresión de derechos y libertades, que tuvieron a su vez un impacto en las actitudes políticas de los españoles. La dictadura alentó la desinformación, el desinterés y el recelo hacia lo político e impidió el contacto de los ciudadanos con el pluralismo. Todas estas circunstancias obstruyeron la formación y la difusión de identidades que comportasen una diferenciación ideológica sobre la base de la división izquierda-derecha.
Pero a medida que prospera la experiencia democrática, la práctica del pluralismo, el desarrollo del partidismo y el fondo del debate político, estimularon la generación y extensión de actitudes alrededor de la distinción entre izquierda y derecha. Esta mayor familiaridad con la política democrática y sus contenidos favoreció que los electores verbalizasen qué entendían por cada una de las categorías ideológicas, al mismo tiempo que promovió sus posicionamientos en la escala. Asimismo, la consolidación del nuevo régimen, no sólo se reflejó en una mayor capacidad de atribuir significados, sino que también supuso un cierto cambio en la percepción de los contenidos de la división, más acorde con la realidad política del momento.
En definitiva, el estudio de la división izquierda-derecha en España se aborda longitudinalmente, concentrándose en varios aspectos. Primero, en la evolución de la capacidad de asignarle contenidos y de ubicarse en la escala, atendiendo a las características del contexto, pero en especial a la particularidad que supone la transición hacia un régimen democrático. Segundo, en la clase de significados que los electores han percibido que encierran la izquierda y la derecha en épocas distintas, según también las peculiaridades de la situación política. Y tercero, en el recorrido de las ubicaciones ideológicas de los electores, que ha permitido verificar su conexión con el voto y la importancia del centro como espacio privilegiado de la competencia electoral. El análisis de todas estas cuestiones se realiza a través de datos de encuesta procedentes del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Con todo, el estudio de la división no se detiene exclusivamente en el caso español y se extiende a otros países con el objeto de establecer un marco comparativo. Más concretamente, se investiga sobre la capacidad de situarse en la escala izquierda-derecha y sobre los factores que inciden en las ubicaciones en varios países de Europa. Además, y a diferencia de investigaciones anteriores, en esta ocasión la comparación incluye a países del antiguo bloque comunista, a fin de conocer si existen similitudes o no entre distintos grupos de democracias en función de su origen histórico particular. En el análisis comparado de las ubicaciones se utilizan datos de la primera (2002-03) y cuarta ola (2008) de la Encuesta Social Europea (ESE), correspondientes a los siguientes países: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza.
El trabajo adopta, pues, una estructura de carácter doble: una parte se dedica al estudio de la división izquierda-derecha en España desde una perspectiva longitudinal, y una segunda parte se dirige al análisis de las ubicaciones en la escala ideológica, pero en perspectiva comparada.
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