La presente tesis doctoral demuestra que el rasgo fundamental que caracteriza a la política en México es su "autonomía": por medio de recursos legales e ilegales, escapa a toda fiscalización y control externo efectivo (a pesar de la importantísima labor que han desempeñado hasta ahora las comisiones de derechos humanos) condición y consecuencia de esa ausencia de control es el predominio de las lealtades "personales" y las redes informales dentro de los cuerpos: la protección y encubrimiento corporativos o clientelistas, y la subordinación de las exigencias institucionales a los intereses particulares de los mandos. La autonomía y la informalidad de la organización general una inercia contraria a la profesionalización; a la vez, hacen sumamente vulnerables a la policía frente a los intereses particulares: de agentes, políticos o de la sociedad en general.
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