Se trata de recuperar el pensamiento de E. Mounier y J. Locroix, sobre la persona, la sociedad y la democracia.
En estos autores está presentes los valores de la tradición francesa, lucidez, claridad y conciencia de sí, y a través de N. Bardief, los valores del cristianismo primitivo, conciencia del nosotros y solidaridad. Frente a la exaltación de los individualismos de la tradición liberal, y de los colectivismos totalitarios, asientan sobre sólidas bases la realidad de la persona, y un nuevo concepto de comunidad, que a ésta corresponde, en la que los seres humanos reconocen mutuamente su dignidad. Sobre éste concepto de comunidad se construye un concepto de democracia participativa y deliberativa.
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