En los casos de la filosofía positiva y de la estética impresionista creemos que puede operar entre ellas una relación basada en general en el hecho de que existen en ambos movimientos sendos intentos de analítica de la realidad que reflejan el impacto, en todo el conjunto social decimonónico, de los enormes avances en las ciencias físicas y sus posibles aplicaciones técnicas. Lógicamente, dicha relación tiene lugar en el marco de la interdependencia entre la nueva sociedad industrial con sus formas de vida y sus nuevas formas de pensamiento social y de creación artística. En este marco creemos que el positivismo se presenta como una reacción frente a las filosofías de la restauración, de la revolución y de los idealismos post-kantianos de "lo absoluto", de la misma forma que el impresionismo se manifiesta, respectivamente, como una reacción frente al neo-clasicismo, el realismo social utópico y el romanticismo.
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