Más allá de la calidad y la innovación de las creaciones de Miguel Gila (1919-2001), la imagen pública de este humorista creada por los medios de comunicación a través de noticias y entrevistas permitió que consiguiera el éxito con sus actuaciones a partir de su debut en el teatro Fontalba de Madrid el 24 de agosto de 1951. Una imagen pública muy diferente de la que se crearía después de su retorno de Buenos Aires (Argentina) en el año 1985 también a través de noticias y entrevistas, su obra y también con la publicación de algunos libros autobiográficos. Su imagen, defensa y compromiso público con las formaciones políticas de izquierdas de estos últimos años no habría sido posible durante el primer tercio de la dictadura franquista y aún menos le hubiera permitido conseguir el éxito que cosechó entonces. En esta investigación analizamos la originalidad, estructura y evolución de sus trabajos así como las fuentes en las que se inspiró, las relaciones con las personas que ostentaban el poder y el contexto histórico determinado que permitió que Gila recibiera la aprobación de crítica y público con un monólogo sobre la guerra solamente doce años después del final de la guerra civil española.
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