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Resumen de La pesca, la crisis económica y financiera y el impacto de la actual crisis sobre el sector pesquero en Cantabria

Angel Luis Gómez

  • El drama actual de los marineros y de la mar lo representan los recursos marinos con sus bancos mundiales agotados y el incierto presente y futuro pesquero. Aunque también es cierto que es mucho lo que ignoramos de la mar, de hecho, conocemos mejor la superficie de Marte que el fondo de los océanos.

    Hace ya más de nueve años que comenzó la crisis económica y aun hoy el desempleo, la deuda pública y el futuro de las generaciones venideras siguen siendo las principales inquietudes de los españoles.

    La Gran Recesión impactó de forma considerable en las principales economías mundiales entre los años 2008 y 2010, para, ya en 2011 tomar un nuevo impulso, sobre todo en Europa, y no ser superada hasta 2014 en que, en función de su definición, entiendo que sí se ha superado dicha recesión. Pero no así la crisis pues la sensación anímica, al menos en España, es la de que la crisis aún continua, pues continua la desindustrialización, el paro, la desigualdad, etc.

    Claro está, lo que aquí hemos tratado en concreto es el sector de la pesca, así como el impacto que la crisis económica y financiera ha producido sobre el sector pesquero en Cantabria, aunque se ha de tener en cuenta que la crisis del sector pesquero en los países desarrollados se juega en la arena internacional, y en él parece que Cantabria solo aporta un minúsculo grano de arena con una capacidad más adaptativa que operativa.

    La crisis pesquera tiene unas connotaciones muy particulares que van por una vía totalmente independiente y distinta a la que ocasionó la Gran Recesión. Este sector se enfrenta actualmente a grandes dificultades, derivadas de la sobreexplotación sufrida por los stocks pesqueros, la mala gestión de los recursos marinos y el aumento de los costes operativos. La variación del precio del petróleo es el elemento principal para explicar la variación de los costes operativos, y las decisiones políticas, a través de la subsidiación del mismo, pueden ser decisivas para romper el frágil equilibrio que existe entre los ingresos y los costes del sector.

    Conviene tener en cuenta que estamos hablando de recursos autorrenovables, que no inagotables, y de naturaleza no visible y a menudo difícilmente accesibles, que hacen su gestión particularmente compleja.

    Aunque la mayor parte de la flota pesquera cántabra se dedica a la pesca artesanal de bajura, no está ajena a las tendencias globales del sector, ya que su rentabilidad y viabilidad depende también del funcionamiento de los mercados en los que se comercializan las capturas.

    La globalización del mercado mundial provoca la imposibilidad de trasladar a los precios de primera venta los incrementos de costes soportados, por lo que la mayoría de las modalidades de pesca se encuentran en situación crítica de rentabilidad, debido a la confluencia por un lado de la elevación de los costes así como de la disminución del rendimiento de la pesca, como consecuencia del agotamiento de los recursos, así como también las importaciones, que presionan a la baja los precios en origen.

    En ese contexto, la crisis actual creo que ha sido más un catalizador que ha acelerado tendencias que ya venían de atrás. En algunos casos ha sido traumático, pero en otros está resultando en un proceso de reestructuración y concentración que puede redundar en beneficios en el futuro.

    Por otra parte, vemos que la acuicultura a nivel global no para de crecer, encontrándose de modo global (mundialmente) en la actualidad su producción para consumo humano por encima de la pesca de captura. Hagamos lo que hagamos los españoles, la acuicultura seguirá su camino a nivel mundial. Toca decidir si producimos nosotros o seguimos comprando fuera quién sabe qué…


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