Cuando un actor de teatro debe interpretar un papel necesita un texto claro y veraz que dé las pistas correctas para construirlo. Este estudio examina hasta qué punto el personaje de Hamlet ha llegado al actor español con toda la fuerza, tal como fue concebido por su creador, Shakespeare. La investigación se concentra en los siete soliloquios de Hamlet. Porque el actor tiene que articularlos durante la obra con todo su razonamiento filosófico, brillantez poética, pasión verdadera y claridad de pensamiento e ideas. La tesis tiene un análisis detallado de ocho traductores: 1772 - Ramón de la Cruz, 1798 - Inarco Selenio (Moratín) 1872 - Carlos Coello 1873 - Guillermo Macpherson 1922 - Luis Astrana Marín 1958 - Álvaro Cunqueiro 1960 - Antonio Buero Vallejo 1989 - Vicente Molina Foix.
La conclusión es que ninguno de ellos ha conseguido reunir a la vez todos los cuatro aspectos, racionalidad, tonalidad, sentimentalidad y coherencia, para que el actor español pueda articular el personaje de Hamlet.
Hemos llegado a la conclusión además, que la tarea de presentar un Hamlet español verdadero y coherente no es imposible, ofreciendo textos de Calderón de la Barca y Samuel Beckett como ejemplos.
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