Las enfermedades cerebrovasculares se encuentran entre las enfermedades crónicas más prevalentes en las personas mayores y constituyen la primera causa de discapacidad permanente en este grupo de población, dando lugar a situaciones de dependencia que producen un impacto negativo en su calidad de vida. Por tanto, evaluar la capacidad funcional y la calidad de vida puede ser de gran utilidad para hacer un abordaje clínico más específico y centrado en las necesidades reales de estos pacientes. OBJETIVOS: evaluar la calidad de vida relacionada con la salud en las personas de 65 años y más con enfermedad cerebrovascular, conocer la prevalencia de la enfermedad y determinar la relación entre la calidad de vida relacionada con la salud y la capacidad funcional. MATERIAL Y MÉTODOS: Se realizó un estudio descriptivo transversal anidado en el Estudio Toledo de Envejecimiento Saludable, que es un estudio epidemiológico longitudinal de tipo cohorte abierta, con una muestra de 2488 sujetos mayores de 64 años, institucionalizados y no institucionalizados, que se distribuyeron en dos grupos: un grupo de estudio (sujetos con enfermedad cerebrovascular) y un grupo control (sujetos sin enfermedad cerebrovascular). El diagnóstico de enfermedad cerebrovascular se realizó con cuestionarios autorreferidos y se complementó con la revisión de las historias clínicas de los sujetos. La calidad de vida relacionada con la salud fue evaluada con el Cuestionario de Salud EuroQol-5D-3L y la capacidad funcional con el Índice de Katz de Independencia en las Actividades Básicas de la Vida Diaria y la Escala de Actividades Instrumentales de la Vida Diaria de Lawton y Brody. RESULTADOS: Se detectaron un total de 136 personas con enfermedad cerebrovascular, 111 con accidente cerebrovascular y 25 con accidente isquémico transitorio. El grupo control estuvo compuesto por 2345 sujetos sin enfermedad cerebrovascular. La prevalencia de la enfermedad cerebrovascular fue del 5,5% (del 4,5% para el accidente cerebrovascular y del 1% para el accidente isquémico transitorio). Se observó un incremento de la prevalencia de la enfermedad cerebrovascular con la edad, sustentado principalmente por las mujeres. Por sexo, solo se encontraron diferencias en la prevalencia del accidente cerebrovascular, que fue más alta en los hombres. Respecto a la calidad de vida, el grupo con enfermedad cerebrovascular tuvo un mayor porcentaje de problemas que el grupo control en todas las dimensiones del EuroQol, salvo en el dolor/malestar y la función más afectada fue la movilidad (62,4%), seguida por el dolor/malestar (55%) y las actividades cotidianas (51,5%). El porcentaje de problemas aumentó con la edad en ambos grupos en todas las dimensiones, salvo en la ansiedad/depresión. En el grupo de estudio no hubo diferencias entre ambos sexos en el porcentaje de problemas, sin embargo, en el grupo control las mujeres refirieron más problemas en todas las dimensiones. La puntuación media del Índice EQ-5D fue significativamente menor en los sujetos con enfermedad cerebrovascular (0,57 frente a 0,82; p<0,0001) y no se encontró una relación inversa entre la puntuación del Índice y la edad, a diferencia del grupo control en el que sí se observó esta relación
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