La tesis centra la atención en unas mujeres que presumiblemente vivieron en el siglo I de nuestra era y fueron protagonistas de ese conjunto de libros que conocemos como Nuevo Testamento. De cada una de ellas se recoge un registro o ficha individual que pone el énfasis en los aspectos sociales, históricos y textuales y en el análisis de cada pasaje o texto se aplican unos criterios mínimos de historicidad, como la verosimilitud, la coherencia y el testimonio múltiple.
En su conjunto, estas mujeres forman dos grandes grupos. El primero lo constituyen aquellas que trataron a Jesús de Nazaret, como seguidoras, como anfitrionas o en escenas puntuales y anónimas. Se deduce que este rabí y predicador itinerante las trató con consideración, como un hombre justo de su época, pero al que no pueden aplicársele anacrónicamente calificativos propios de hoy día. No era feminista ni misógino y en su trato con las mujeres lo que prevalece es la atención a la persona necesitada y marginada, con independencia del sexo.
El otro gran grupo lo constituyen aquellas mujeres que forman parte de las primeras comunidades cristianas tras la muerte de Jesús. Algunas de estas mujeres, gracias a su independencia y al alto estatuts socioeconómico que muestran o se les supone, ofrecieron su propio domicilio, donde actúan como líderes, patronas o ministros del nuevo movimiento religioso y pueden considerarse como auténticas fundadoras de aquellas primeras iglesias o asambleas.
Finalmente, del breve análisis que se realiza de los textos del NT en los que se habla de la mujer de una forma genérica, se deduce una progresiva discriminación de éstas en las iglesias, pero el tema ya no forma parte del contenido de este estudio y la atención profunda que necesitaría supera los límites de esta tesis.
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