El trabajo consta de dos partes de desigual extensión: la primera de ellas consiste en un lento análisis de los términos que en el platón primero y medio sirven para expresar virtudes y vicios, seguido de un capitulo dedicado a paideia, como síntesis de la postura platónica y de un apéndice sobre hygieia, como analogía privilegiada de la virtud. Las conclusiones básicas obtenidas -oposición entre conocimiento técnico y conocimiento moral, la virtud como autentico bien del agente, la base ontológica de la ética platónica- son refrendadas en la segunda parte: siguiendo la pauta que Platón marca en el Hipias mayor se pasa revista a los distintos criterios que pueden sustentar juicios de valor, para llegar a una conclusión unitaria: para Platón el único criterio valido es el bien y los demás candidatos solo pueden ser tomados en cuenta en la medida en que, por su sumisión al bien, lo manifiesten. Desde el punto de vista lingüístico las conclusiones se articulan en doble plano. Por un lado los procedimientos de redefinición filosófica de los términos, mas importante que la creación de neologismos en razón de la prioritaria función misionera del filosofo platónico; por otro lado la especialización de los distintos tipos de oposiciones para funciones definidas en el discurso moral y, sobre todo, la colisión de dos tipos de estructura para un mismo dominio, según responda al punto de vista de la opinión o al punto de vista del dialectico.
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