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La persona en máximo el confesor: una perspectiva onto-teológica

  • Autores: Miguel Escobar Torres
  • Directores de la Tesis: Jesús de Garay Suárez-Llanos (dir. tes.), Marcelo López Cambronero (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2018
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 259
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Javier Hernández-Pacheco Sanz (presid.), José Antonio Antón Pacheco (secret.), José María Zamora Calvo (voc.), Juan Agustín García González (voc.), Higinio Marín Pedreño (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Filosofía por la Universidad de Sevilla
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • El presente ensayo estudia el concepto de persona en el pensamiento de Máximo el Confesor, filósofo bizantino del siglo VII. Divido el trabajo en tres partes bien diferenciadas: un primer bloque introductorio, un segundo bloque que estudia el concepto desde una perspectiva ontológica, y un tercer y último bloque dedicado a la dimensión teológica de la persona. El autor no entiende la persona en los mismos términos que la filosofía moderna, de modo que, para poder alcanzar una comprensión profunda del concepto, es necesario depurarlo de las connotaciones psicológicas que a menudo le han sido atribuidas. En este sentido sostengo que, en la obra del Confesor, la persona no viene definida por la racionalidad, la libertad, la relacionalidad ni la autoconciencia, pues éstas son constitutivas de la naturaleza. De este modo, concluyo que sólo la particularidad es definitoria de la persona, lo cual la convierte en un concepto eminentemente ontológico. Sin embargo, la particularidad se antoja insuficiente para dar cuenta del ser de la persona y, en consecuencia, es menester iniciar la búsqueda de un sentido propio de la hipóstasis. Para ello analizo la fórmula de las naturalezas y la definición de la hipóstasis como una esencia con idiomas. En el primero de los casos Máximo nos ofrece detalles acerca de la compleja relación entre la persona y la naturaleza, añadiendo una cláusula final que, aunque parece identificar ambos conceptos, en el fondo sólo indica que la naturaleza constituye el modo de aparecer de la persona en el mundo. Por otro lado, los idiomas son los rasgos particulares que caracterizan a la persona y, en cuanto tal, parecen dar cuenta del ser más intrínseco de ésta. Sin embargo, tras un minucioso análisis, vengo a defender que los idiomas constituyen la naturaleza particular, distinta de la persona. Así pues, la persona continúa siendo un concepto vacío, carente de un sentido que dé cuenta de su unicidad. La dimensión ontológica es incapaz de ofrecer una definición de la unicidad de la persona. Es necesario trascender los límites de la ontología para hallar no ya el ser, sino el sentido del ser de la persona, que viene definido por el logos. Para ello estudio en el bloque final la teoría maximiana de los logoi cuyo desarrollo halla su origen en la crítica de Máximo a la tesis origenista de la preexistencia de las almas en una estabilidad originaria. El logos no es definido como razón o palabra, sino como la voluntad con la que Dios crea a cada uno de los seres, tanto universales como particulares. Es este concepto, el logos del ser personal, voluntad, causa, providencia y propósito de Dios para cada ser individual, el que dota de sentido a la persona y, por tanto, constituye la causa de su carácter único.


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