La globalización actualmente es el punto de partida de la gran mayoría de los estudios de investigación en el ámbito empresarial. Su fuerza es indiscutible y su ritmo avasallador, generando una presión mundial hacia el cambio. Desemejante de otros cambios ambientales, los efectos de la globalización son lejanos, penetrante y afectan a cada individuo, negocio, industria, y país.
El acto global es inevitable, aunque para algunos países en vías de desarrollo pueda ser visto como indeseable y como amenaza. La Globalización se refiere, a un movimiento en que individuos y comunidades, antes separados, o solo tenuemente conectados, son llevados a iniciar una relación mas favorable, favoreciendo la emergencia de nuevas formas sociales y culturales, una mayor interdependencia económica en escala mundial y una mayor movilidad de ideas y personas en el interior de un espacio tornado universal.
Este proceso global no significa el fin de las diferencias o la imitación de otras.
Tampoco significa permitir que más naciones desarrolladas impongan sus modelos. La verdad la esencia del modelo global son diferencias que se integran, poniendo juntas nuestras fuerzas, construyendo a partir de ellas y pudiendo aumentar los esfuerzos para ganar más en el proceso Las formas importantes de negocio que reestructuran en respuesta a los cambios dramáticos traídos por la globalización incluyen, por ejemplo, inversiones en nuevas tecnologías, downsizing y reengeñaria , la formación de alianzas y de redes estratégicas, y un cambio de internacional y multinacional a las estrategias globales y transnacionales.
Sin embargo, las vías que siguen la empresas en la globalización actualmente están mucho más cerca de una selección natural que de una interconexión de valores, es decir, estas empresas actualmente están mas preocupadas en buscar algo a que agarrarse para sobrevivir, cuando en la verdad deberían buscar una aliada para que entre las dos puedan no solo permanecer y si participar de la condición del proceso global. Por su vez, estas empresas que siguen solo el modelo individual del gana-pierde están apartándose de la supervivencia empresarial.
A pesar de la globalización para ampliar las opciones de las empresas, una revolución silenciosa está ocurriendo, conduciendo la consolidación global en un paso discutiblemente mayor que el movimiento de la fusión. Estas alianzas estratégicas son vitales para sus participantes por la necesidad de responder rápidamente a su ambiente conduciendo flexiblemente y perceptiblemente un aumento en el desarrollo de estas. Su importancia es incontestable y su progresiva utilización como estrategia también. Podemos decir que es una clase de estrategia complementaria competitiva del negocio y que su foco está en crear una ventaja competitiva en mercados de productos específicos reuniendo recursos y capacidades de firmas en la misma etapa de la cadena de valor.
Estas alianzas a su vez traen consigo una serie de nuevos factores que alteran la óptica de su mercado internacional. Entre estos factores uno merece especial atención: Los valores culturales. La creación de las alianzas estratégicas asociado a globalización es marcada por un fuerte carácter internacional. Es frecuente que se hagan alianzas entre socios de culturas distintas, quizás por el mercado nacional atrayente, o por la reducción de costes, para desarrollar nuevos productos o hasta mismo como plataforma competitiva.
A pesar del aumento de la actividad internacional de las alianzas estratégicas en los últimos años, se ha estimado que entre el 30 y 70 por ciento de las alianzas fallan.(Bleeke and Ernst, 1991; Harrigan, 1988; Killing, 1983; Kogut, 1988; Park and Ungson, 1997; Kok and Wilderman, 1999). Según la literatura, la insatisfacción con la relación de alianza y el fracaso ha sido alimentada por una serie de factores, tales como los conflictos, la flexibilidad, la mala comunicación, el oportunismo, objetivos incompatibles, el control y el régimen de propiedad y más actualmente temas como, elección del socio, transferencia del conocimiento y recursos humanos, entre otros. Y el estudio de cada factor por separado tiene cierto grado de fragmentación e incoherencia en los resultados, (Leonidou, Katsikeas y Robson, 2002). Es, por tanto, no sorprende que los directivos y académicos tengan una comprensión limitada de lo que hace una alianza estratégica exitosa.
Sin embargo, el análisis de la literatura actual identificó que algunos de los factores han crecido en interés del estudio sobre las alianzas estratégicas y la performance (como hemos citado anteriormente). El creciente interés está ubicado en los factores procesuales, más específicamente en las características relacionales y en el aprendizaje organizacional. Siendo que el aprendizaje organizacional aparece para muchos autores como la clave de la formación de la alianza estratégica.
Muchos autores usaran la teoría de los costes de transacción para explicar por qué las firmas forman y desarrollan alianzas estratégicas. El autor afirmó que la performance de una alianza es determinada por sus gastos de transacción, como puede ser, los gastos para evitar el oportunismo. Si las empresas pueden crear una alianza confiada, el oportunismo ya no será una preocupación para los socios de la relación.
Hay diferentes teorías de por qué las empresas entran en una alianza, una de las corrientes más aceptadas sostiene que el objetivo de las alianzas es el aprendizaje organizacional (Hennart y Zeng 2005) Como resultado de lo que nos desveló el análisis de literatura y la obsevación del entorno internacional de las empresas hemos resuelto centrar el tema de nuestra tesis en: Como el conocimiento afecta la performance.
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