Toda concreción escultórica forma parte de un proceso mediante el cual, el escultor es capaz de expresar sus sentimientos e ideas, pero ante todo es un medio que permite indagar sobre cuestiones inherentes a la propia obra: posee un lenguaje propio - el material y su relación con las posibilidades técnico expresivas-, unas relaciones de orden, o relación formal entre los elementos que la constituyen, y relaciones significativas, -tanto denotativas como connotativas-.
Generalmente en las fases de concreción interviene directamente la mano del artista; es en la obra definitiva donde el apoyo de técnicos o de simples ayudantes resulta significativo.
Por este motivo se consideró de especial relevancia centrar la investigación en estas definiciones intermedias, ya sean bidimensionales o volumétricas, como el mejor método para comprender el proceso de ejecución de una obra escultórica, entendiendo que todas las variantes contempladas en dicho proceso afectan en mayor o menor medida al resultado compositivo final.
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