Esta tesis pretende acercar el dibujo al cine en su capacidad inventiva y en la intersección de sus elementos, haciendo equivaler los elementos de representación visual (dibujo) a través de la existencia espacio-temporal del cine. Para ello, a través del carácter doble de la representación como una forma de evocar y transformar la realidad, se establece la representación como una forma de llegar a lo representado.
El espacio, la proyección del mundo es lo que queremos y hacemos de él, siendo los modelos de representación adoptados reflejo de sus estrategias y modos distintos de representación. Una, asociada a un reconocimiento de los elementos transpuesta por indicios de espacialidad más naturalistas, asociado a las representaciones miméticas que nos llevan a mirar directamente a la representación. Otras más vinculadas con transportaciones abstractas y selectivas, que nos traducen el espacio en referentes pictóricos, mapas, que nos remiten a lo representado, pero afirmándose a cada momento como representación. Es evidente que el cine, en su carácter: óptico y en movimiento, menos mediado por la acción del hombre tiende hacia la primera esfera de imágenes. En cambio el dibujo tiende claramente hacia el segundo.
Se propone colocar la animación como punto de encuentro de estos dos enfoques, y reclamar la lógica de la representación dentro de ésta. La observación del dibujo en el cine toma su capacidad revolucionaria, cuando se refleja con claridad como representación, lo que permite la expansión de la idea de espacio hacia una realidad sensorial y perceptiva, más cercana a lo que es nuestra experiencia espacial. La experiencia espacial se traduce en la experiencia artística y ésta, a su vez, moldea el espacio. De este modo, el dibujo interviene en la creación del mundo, o de los mundos, dado que, como nos indica Goodman, sólo conseguimos tener una idea concreta del mundo a través de sus representaciones. El dibujo en el cine, como el constructor de espacio en la animación, suma a través de la representación que hace, una superposición de anhelos y estados, la relación hombre con el mundo.
La consideración de la representación como imagen hace que sea analizable en cuanto al dibujo, sea en la utilización de sus elementos, sea en el sentido más amplio del dibujo - una idea del espacio. Como quitar un paso al paseo, o una ola al mar, eso sería pasar por alto el viaje, sería en definitiva ¡…. hacer demasiado! Al fin y al cabo el dibujo no es una demonstración. Dibujar es un estado, y un estado no se expone. Como se expondría algo que se encuentra en permanente exposición? (...) Exponerlo le quitaría la discreta fluidez de su continuidad. Sería como retirar un paso al paseo o la ola al mar. Seria, en definitiva hacer demasiado.
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