Esta tesis se suma a los trabajos que entienden el teatro como el conjunto de texto, representación y percepción por parte del publico. Si se quiere estudiar el teatro en toda su extensión, se debe contar con una fundamentación teórica que avale un proceso racional por el que sea posible explorar y descubrir como fue representada y percibida la obra en el escenario, no solo limitándonos al texto. Y además, esa teoría debería favorecer un análisis del que se pudieran extraer rasgos que explicaran ese fenómeno teatral. Por ello, se ha seguido la línea metodológica propuesta por el Dr. Berenguer, según la cual el fenómeno literario, y teatral en particular, se comprende a la luz de lo que ha denominado Mediaciones; es decir, una perspectiva de estudio diacrónico de obras y autores que tiene en cuenta el envoltorio histórico, psico-social y estético que rodea a esos autores y a sus respectivas obras. Lo que además perfila su tendencia ideológica al escribir. Una tendencia ideológica que puede ser: Restauradora, aquella que propone para el presente unos valores pretéritos; Innovadora, aquella que se acomoda a su presente y prioriza su interés en el valor comercial, y Renovadora, la que propugna un cambio social y estético para superar el presente. Pero estas tres tendencias no solo se manifiestan en el texto escrito, sino que además muestran sus mecanismos en la escena.
Es el publico, desde su percepción, el que ha interpretado la realidad que quiso mostrar el autor, pero no solo el autor: también el actor, el director, el empresario, etc. Y, aunque desde luego, no contamos con todos los testimonios de los espectadores de entonces, si contamos con una parte de ellos: los de los críticos teatrales de la prensa del periodo. Por consiguiente, la critica constituye un documento de primer orden como fuente de investigación.
Como se acaba de mencionar, la fuente fundamental han sido las criticas de prensa, que emanan de los diarios madrileños del periodo. Estos se conservan reunidos en el fondo documental de microfilmes ubicado en Madrid, en la Hemeroteca Municipal del Conde Duque. Se ha tomado Madrid como referente porque la capital era considerada el epicentro de la actividad teatral del momento.
En cada diario las criticas tienen reservada su sección, lo que ya advierte de su importancia. Por la diversidad de estos medios y por su repercusión en la sociedad madrileña de entonces, se ha buscado las criticas de las obras en cinco diarios diferentes: Heraldo de Madrid, ABC, La Época, El Liberal y El Correo, periódicos de distintas tendencias ideológicas.
Se ha considerado como obras más significativas aquellas que tuvieron mayor aceptación por parte del publico. La selección de estudio esta constituida por las quince obras mas representadas en cada uno de los años entre 1906- y 1911, lo que arroja un total de noventa obras.
El esquema expositivo que conforma este volumen esta diseñado por orden alfabético de autores, para facilitar al lector una consulta ágil.
Cada apartado de autor se inicia con un apunte bio-bibliográfico, cuando ha sido posible encontrar estos datos. A continuación, a cada autor presentado se le acompaña de una tabla de las obras que estreno entre los años 1906 y 1911, dentro del criterio de las mas representadas, según se comento anteriormente. En esta tabla se sintetizan los datos de cada obra: el nombre del autor, el nombre de la obra, los géneros a los que cada critico ha adscrito la obra, el año de estreno, la valoración numérica que se extrae de la lectura de la critica en cada uno de los periódicos investigados y, por ultimo, el número de representaciones que tuvo la obra.
Seguidamente se cita cada obra con la referencia de la Memoria de Licenciatura La escena madrileña de 1906 y 1911, por si fuera menester una consulta ulterior. Finalmente, se han trascrito literalmente las criticas de cada uno de los periódicos, cada una de ellas encabezada por un epígrafe que informa del nombre del diario, del autor de la crítica y de la fecha completa de la publicación de esa critica.
En las ultimas paginas del volumen, se presenta, a modo de síntesis, diversos cuadros y gráficos que muestran esquemáticamente relaciones entre obra, autores, numero de representaciones, años de estreno, etc. Y, además, se han adjuntado dos índices: uno de Autores y otro de Obras para facilitar la consulta directa.
En definitiva, en esta época el critico colabora en la difusión del teatro, aunque no este claro que determine su éxito. Por tanto, el critico se ha consolidado como ingrediente indispensable: por su papel divulgador en su momento y como autor de crónicas imperecederas.
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