Tras la revolución que el diseño de campos de golf sufre en la década de los 20 del siglo pasado, con la irrupción de la “escuela estratégica” en oposición a la “escuela penal” hasta entonces imperante, aparecen los campos de golf modernos. Estos extraordinarios objetos arquitectónicos, se diseñan con un programa estrictamente pensado para la práctica deportiva y la competición golfística, pero debido a la propia naturaleza del juego, se desarrollan configurando un paisaje. Esta investigación pretende poner de manifiesto esa “feliz coincidencia” que hace de dichas arquitecturas, auténticos paradigmas construidos que contienen conceptos y estrategias presentes en el proyecto arquitectónico contemporáneo. Para hacer este viaje, nos serviremos de la figura de Javier Arana, indiscutido maestro de la arquitectura española de campos de golf, en cuya etapa de plenitud entre 1952 y 1968, diseña y construye un magnífico conjunto de campos de golf, que han quedado como referente vivo, clave para entender la arquitectura del golf español: Neguri en San Sebastián, Club de Campo y RACE en Madrid, Río Real y Guadalmina en Marbella y El Saler en Valencia, componen un mosaico en el marco definido por El Prat, hoy desaparecido en Barcelona, y Aloha, obra póstuma en Marbella. Confluyen dos circunstancias singulares en su trabajo. La total ignorancia sobre el mismo demostrada por la crítica arquitectónica en todos estos años y el hecho de que, pasado más de medio siglo, la mayoría de dichos campos siguen en uso, soportando magníficamente el paso del tiempo y proporcionando disfrute deportivo y estético a sus afortunados usuarios. En este viaje usaremos otros vehículos. Uno será la influencia de las ideas estéticas pintorescas en las técnicas proyectuales contemporáneas. Otro, la reinvención de la idea de paisaje en la era postindustrial.
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