Después de poner al día los estudios modernos relacionados con la cromatina sexual, cromatina de BARR, o corpúsculo de BARR, como indistintamente se designa, en relación con su historia, identificación, naturaleza, histoquimia y datos morfológicos, se pasa revista a las aplicaciones prácticas del método sobre problemas prenatales, de intersexos y estados afines, tumores, tanatología.
Una y otra parte comprenden, con las naturales limitaciones, todo lo aparecido en la literatura mundial sobre el método presentado por BARR para la diferenciación del sexo mediante el examen microscópico de los núcleos celulares en interfase en diversas especies animales y concretamente en la humana.
En la parte final, el autor presenta sus propios resultados de investigación, basados en el estudio de sangre (55 en hombres y 66 en mujeres), citología exfoliativa (30 y 72 casos), tejidos normales (22 y 33 casos), tumores benignos (25 y 44 casos) y malignos (46 y 55 casos), estromas tumorales (13 y 33 casos) y metástasis (4 y casos). Sobre confirmar todo lo conocido, se admiten algunos nuevos en que basar las conclusiones siguientes:
1. El método de BARR muestra la seguridad suficiente para ser admitido en biología con fines diagnóstico del sexo humano.
2. El proceder que parece actualmente de elección es el del examen citológico de exudados mucosos, especialmente bucal y urogenital, por la mayor claridad de lectura y sencillez técnica en relación con el de los cortes. El método hematológico resulta oneroso en tiempo de observación microscópica y menos sencillo en la interpretación, en razón de la diversidad de formas del corpúsculo.
3. Cuando se utiliza este último método, es imprescindible atenerse a la pauta establecida por KOSENON y relacionar las llamadas formas A, B y C. La lectura simple de las dos primeras da de hecho resultados que en ocasiones se imbrican.
4. Se señala por primera vez la posibilidad de impregnar el corpúsculo de BARR mediante el carbonato argéntico, en el proceder original de RIO-HORTEGA para cortes, y en el de JIMENEZ DE ASUA, hematológico.
La impregnación puede ir precedida de hidrolisis para destruir el RNA, o de la extracción de lipoides tisulares.
5. Con el método hematológico hubo hallazgos no solo en los segmentados neutrófilos, sino asimismo con referencia a las formas más jóvenes (cayados) y eosinófilos, bien que en cantidad notablemente menor. Las proporciones de formas A – B/C se mantuvieron en límites comparables en todos los casos.
6. En los tumores benignos se hallaron 4 casos (hembras) con número de BARR bajo (10-18-28-38%) contrariamente a lo descrito, con números superiores al 50%. La posibilidad de error se eliminó mediante la comprobación de cifras altas en los estromas respectivos (60-63-71-76%).
7. El hecho de que 2 de estos tumores BARR-negativos fuesen de la misma clase (mastopatías microquísticas) sugiere la posibilidad de que se trate de un hecho significativo, no fortuito.
8. Se ha observado notable predominio de tumores malignos BARR-negativos (439 en hembras, frente a los BARR-positivos (129 contra lo descrito por los autores.
9. En todos los casos los estromas fueron BARR-positivos. Una sola excepción se comprobó ser estadísticamente sin valor.
10. En ningún caso de varón el número de BARR alcanzó la cifra de 50%, ni hubo dudas diagnósticas.
11. Se estima que no es necesario exponer inmadurez celular para explicar la conducta irregular de los tumores, prefiriendo el criterio de URTUBEY acerca de la atipia celular.
12. Paree verosímil que el bajo número de BARR pueda constituir un índice de la malignidad, que dejaría de ser un concepto de base clínica. Para ello es preciso contar todas las células tumorales que aparezcan en interfase, sin obstinarse al rehusar las menos aptas por su inmadurez o atipia.
13. La variación en el número de BARR de los tumores malignos positivos y negativos es amplísima (medias de 68% ± 7 y 9,4% ±0,25) en las hembras, sin apenas valores intermedios. Diferencia = 58,6 ± 7.
14. La misma disparidad en los varones y hembras (tumores BARR-negativos) no es estadísticamente significativa (4,86 ± 1,6).
15. Parece marcarse alguna desemejanza, en cambio, entre tumor/estroma en los varones, si bien en grado mucho menor que en las hembras, como corresponde al bajo número de BARR en todos los casos, con oscilaciones mínimas. Comoquiera que la lectura para el varón se estima corrientemente independiente de la cromatina sexual, por artefactos., etc, de las preparaciones, este punto necesita especialmente ser revisado.
16. Las metástasis y recidivas se comportaron en cada caso como el tumor original y no fueron observadas en los BARR-positivos.
17. Para poder cambiar todas estas posibilidades en certezas, es necesario multiplicar las observaciones y estudiar separadamente, como propuso BARR, los distintos tipos tumorales.
18. En la medida de lo posible, las observaciones de toda índole se han contrastado matemáticamente con la expresión de los errores probables de las tasas por ciento y de sus diferencias cuando eran estas señaladas. Ello permite la comparación con futuros datos en condiciones estadísticamente aceptables; para el mejor estudio, se sugiere el cálculo de la docimasia de hipótesis cuando el número total de observaciones, suficientemente elevado, permite establecer conclusiones irreprochables.
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